Después de estos preliminares y algunos despistes por culpa del TIB, a las 10:00 empezamos la marcha descendiendo a la playa de Cala Falcó.
Si realmente una persona quiere disfrutar de playas y calas vírgenes, el invierno es el mejor momento. Prácticamente no hay nadie salvo algún paseante o algún excursionista como nosotros. Puedes ver las playas como son realmente (bueno, a lo mejor sobra algo de basura arrastrada por los torrentes o el mar); con la arena en estado puro, sin cribar, y con sus acúmulos de 'alga', gracias a la cual la arena no se pierde por los temporales. Así estaba la playa de Cala Falcó y del resto de calas que recorrimos: Caló de sa Nostra Dama, Ca l'Aixada, Portals Vells y Cala Figuera.
Calas grandes y pequeñas que nos obligaban a contínuos sube y baja teniendo en ocasiones que hacer uso de las manos para poder salvar los desniveles, aunque sin ningún contratiempo digno de destacar.
La parada para almorzar no tarda en llegar. Apenas 20 minutos de iniciada la excursión, hacemos alto en el Caló de sa Nostra Dama. El día es agradable y si bien a primera hora hacía fresco (3º en el termómetro del coche), el calor del sol va aumentando poco a poco. Frente a nosotros teníamos s'Illot del Sec donde, según comentan los libros, cerca de el se hundió una nave griega. Su pecio es de los más importantes en esta zona del Mediterráneo.
Reanudamos la marcha entrando, después de la cala, en la urbanización Sol de Mallorca. Un poco (mucho) de asfalto para desentumecer los pies del terreno rocoso que habíamos pisado.
Después de la urbanización llegamos a la cala de Portals Vells. Su playa también se la conoce como Playa del Mago, debido a una película que se rodó en los años 60. Las cuevas que se ven fueron parte del decorado empleado en ella.
Seguimos paralelos a la costa hasta dar con el faro del Cap de Cala Figuera y su torre de defensa. Allí giramos hacia el oeste. El terreno sigue siendo muy rocoso. Poco después de pasar por Punta Catius hacemos la parada para comer bajo unos pinos y al abrigo del viento.
Una hora después, tras dejar atras el Morro d'en Feliu, nos encontramos con la Cala Refaubetx que describe un arco que termina en la Isla del Toro. Caminamos por la parte superior de los acantilados, que descienden a nuestra izquierda por terreno muy inclinado hacia el mar. En este lugar llegamos al la cima de nuestra excursión: 163 m. A partir de ahora todo será bajada. Primero hacia el espolón que se adentra en el mar, refugio de una colonia de gaviotas, y después girar por es Clot des Moro para entrar en la Urbanización del Toro, a donde llegamos a las 15:50 dando por concluida la excursión.
Según el GPS, hemos andado unos 12 kilómetros y medio a una media de 2,1 km/h.
Jaume nos avisa que para la siguiente etapa de la vuelta a Mallorca, daremos un salto desde aquí hasta Cala Fornells, y que la etapa será un poco más larga que la que hemos hecho.
Haciendo clic en la foto siguiente accederéis al álbum de la excursión cuya ruta la tenéis en el mapa que hay después.
CMP De Cala Falcó a El Toro |
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