domingo, 19 de diciembre de 2010

Mola de Son Pacs

Las previsiones meteorológicas anunciaban lluvia y no fallaron. Subiendo por el nuevo puente de Son Espases los limpiaparabrisas limpiaban las gotas de lluvia constantemente. De momento no llovía mucho, pero quién sabe lo que podría pasar durante el día.
Llegando a Valldemossa el tiempo nos da una tregua dejando de chispear. No ha venido mucha gente, y tal y como está el tiempo no parece que lo vayamos a ser.
Al final haremos la excursión once y a las 09:15 nos ponemos en marcha.
Iniciamos el recorrido por las calles de Vallemossa, en dirección a la iglesia y bajamos por el Carrer de ses Roques llises, dejando a la derecha la Font de la Beata. Bajamos hasta llegar a la carretera vieja girando a la izquierda. Poco antes de llegar a la carretera nueva y justo antes de cruzar un puente sobre el torrente, nos desviamos hacia la derecha por un camino asfaltado que pasa entre casas y que deja a la izquierda la depuradora. El camino termina justo antes de la entrada a una propiedad privada. Allí mismo, de frente nace un senderillo que aprovechando un marge atraviesa un encinar hasta llegar a un portillo por donde entramos en los terrenos de Son Salvat. Seguimos por el sendero hasta llegar a las traseras de esas casas. Vamos hacia la izquierda, dejando a la derecha el camino hacia Sa Baduia. Por ahí también se podría subir por un camino, vaguada arriba, hasta alcanzar el Coll de Sant Jordi, collado por el que pasaremos más adelante. Dejamos a la izquierda las casas de Son Brondo y a la derecha una fuente al lado de unos antiguos lavaderos.
Seguimos el camino hasta llegar a S'Estret, al lado de la carretera. Toca ahora la parte dura de la excursión. O por expresarlo mejor, la primera de las partes duras. Hay que subir por la ladera norte del Morro de Sa Bombarda (la pared occidental de S'Estret). A pesar de ser una buena hora para la merienda, optamos por hacer la subida antes de esta. La subida es dura, por terreno pedregoso que a causa de la lluvia está muy resbaladizo. Pasamos junto al abrigo de Son Matge, uno de los primeros poblamientos de nuestra isla. El sendero está mas o menos definido y señalizado con fitas. Demasiadas, a mi entender. En cualquier caso hay que ir hacia el pie de los acantilados y subir dejándolos a la izquierda, hasta llegar a un pequeño marge en una canal empinada. Un poco mas adelante se ve una tubería negra que pasaremos más adelante.
Pasamos la canal y seguimos el sendero. Pasada la tubería que vimos antes, subimos por una pequeña vaguada a nuestra izquierda. Dejamos también a la izquierda un aljibe cuadrado y llegamos justo después a un camino de carro girando a la izquierda. El camino termina al llegar a unas sitges. De frente se ve el cielo entre árboles que anuncia el final de la subida. Cruzamos una pared medianera a la altura de un coll de caçador muy elaborado.
Tras la dura subida de casi una hora llega el momento de descansar y merendar. El sitio en un día soleado es muy agradable con vistas hacia Palma entre los árboles. Hacia el este llegaríamos al extremo de Sa Bombarda desde donde se tiene también una vista de Valldemossa poco común. Las nubes bajas hacen que no podamos disfrutar de ello, por lo que tras la merienda retomamos la marcha, bajando por un senderillo que se dirije, en dirección sur, hacia un ancho camino por el que llegaremos al altiplano de la Mola de Son Pacs.
Llegado a éste giramos a la derecha. Hacia el este se ven, más bien se intuyen, las montañas que recorrimos el mes pasado: Sa Gubia, el Puig de s'Obi y el Penyal de sa Rata. Dejamos a nuestra izquierda un refugio de cazadores, con aljibe y pozo y empezamos una pequeña subida hacia el Puig des Boixos que queda desviado del camino un centenar de metros a nuestra izquierda. El camino desciende en rampas un poco empinadas hasta la planicie de la Mola de Son Pacs. En un momento dado llegamos a un camino asfaltado (uno de los caminos de acceso desde Son Pacs) siguiéndolo hacia la derecha hasta llegar a la Caseta de la Mola, rehabilitada en refugio de cazadores.
Continuamos por un camino que sale a mano derecha atravesando un portillo. El camino es ahora más pedregoso. Llegamos a una bifurcación y seguimos por la derecha. Continuamos un poco más y llegamos a la confluencia con el GR-221. Por la izquierda iríamos a Esporles. Nosotros vamos por la derecha siguiendo el GR durante un rato hasta llegar a un sendero que se desvía hacia la izquierda y que seguimos hasta llegar a un ranxo de carboneros que dejamos a nuestra izquierda a la vez que giramos a la derecha. El camino/sendero se hace menos evidente con árboles que crecen en medio del camino. Pasamos por otro ranxo que dejamos a la derecha hasta llegar a una sitja con dos barracas y un horno de pan. Situados en la sitja giramos a la derecha en ángulo recto. Hay fitas aunque no son buenas de encontrar, al menos en un primer momento. Caminamos en dirección noroeste hasta encontrar los acantilados del espolón de Son Ferrandell que miran a Esporles. Ascendemos hacia la parte alta del espolón siempre con el precipicio a la izquierda. La idea era llegar al extremo del espolón desde donde se divisa una magnífica vista de la marina de Valldemossa y de las montañas que la rodean tanto por la parte de Esporlas como por la de Valldemossa. Pero hoy no era buen día a causa de la niebla por lo que desistimos de llegar al final. Dejando a la espalda el acantilado andamos de frente para encontrar el otro acantilado, el que mira a Valldemossa y una vez llegado a él giramos a la derecha campo a través hasta encontrar un camino que en un momento dado desciende hacia la izquierda en dirección a una sitja. Bajamos un poco más hasta encontrar un sendero que recorre a media altura los acantilados. Nosotros giramos a la derecha. A 50 m dejamos a la derecha la Font de s'Almangra. La fuente está en el fondo de una pequeña cueva entre peñascos. La almangra que le da el nombre, es un compuesto de aluminio y óxido de hierro que mezclado con tierra servía, entre otros usos, para marcar las ovejas. Seguimos sendero adelante hasta llegar a un nuevo ranxo de carboneros, llegando nuevamente al GR cerca de una pared de partió, en donde hay una piedra a modo de escalón y otras tres más del otro lado de la pared. Es el lugar llamado Es Passets. Del otro lado un sendero baja hacia la Font des Verger y Son Ferrandell. Nosotros paramos aquí unos minutos para comer.
Tras la comida, continuamos la marcha siguiendo el trazado del GR que ya no dejaremos hasta Valldemossa. Andamos hacia el noreste entre encinas primero y entre pinos después hasta llegar al Coll de Sant Jordi. Hacia la derecha llegaríamos hacia las casas de Son Salvat y Son Brondo, por donde hemos pasado por la mañana.
Desde el collado seguimos en dirección norte para hacer el último esfuerzo ascendiendo a la Comuna de Valldemossa. La ladera al principio es bastante rocosa con escasos árboles. A nuestro paso dejamos numerosos puestos para la caça al coll. La aparición del encinar y unos miradores naturales sobre la marina de Valldemossa, que apenas se ve por la niebla, nos avisa de la próxima llegada a la parte alta de Sa Comuna donde llanearemos durante un tramo en dirección noreste. La cima de Sa Comuna no es muy evidente y tendríamos que desviarnos del sendero. Tal y como está el día desistimos de ir.
El inicio de la bajada es un poco brusco y en poco tiempo descendemos bastantes metros. Estamos en la ladera norte. El musgo abundante por todas partes da ese toque especial de selva húmeda que la lluvia caída poco antes hace realzar mas. Llegamos poco después al Penyalot, con un aljibe cubierto, un coll de tords y las ruinas de una barraca pegada a las rocas. Hay también una señal del GR que indica 'Valldemossa: 20 min'.
Seguimos la indicación de la señal bajando por un precioso camino empedrado que a ratos se agarra a la montaña para salval algún desnivel importante. Pasamos un portillo y ya vemos Valldemossa casi a nuestro alcance. Justo delante el Molí de la Beata, al que subiremos dentro de un rato. Antes y al lado de las casas de Sa Teulera pasamos por la Font de na Llambies.
Desde la fuente se puede llegar a Valldemossa por el camino de acceso a las casas de Sa Teulera, pero nosotros vamos por el camino de la Comuna en dirección noreste dejando la montaña a la derecha hasta encontrar un pequeño claro desde donde arrancan unas escaleras a la derecha que en poco menos de 5 minutos nos dejan al lado del oratorio de la santa. Hacia la izquierda tenemos el molino, con algunas de sus dependencias en estado ruinoso.
Bajamos nuevamente al camino de la Comuna girando a la derecha y seguimos el sendero hasta llegar en pocos minutos a Valldemossa. Son casi las cuatro de la tarde cuando llegamos al pueblo y hemos recorrido unos 17 km algo exigentes por los importantes desniveles superados. Lástima de los paisajes que no se han podido ver a causa de la niebla, pero por lo demás hemos tenido mucha suerte de que la lluvia apenas ha hecho acto de presencia y nos ha permitido disfrutar de la excursión.
Con ésta acabamos el año 2010. Que el año que viene esté lleno de rutas tan bellas como las que se han hecho este año.
Molt d'anys a tots.

De CMP Mola de Son Pacs


JLT Mola de Son Pacs


CMP Mola de Son Pacs



domingo, 12 de diciembre de 2010

Próxima salida: Mola de Son Pacs

Para el domingo que viene, día 19 de diciembre, se hará la última excursión de este año. Esta vez iremos por la Mola de Son Pacs y la Comuna de Valldemossa. Un servidor, Carlos, hará de guía del grupo.
El lugar de reunión es el restaurante Can Pedro de Valldemossa a la hora habitual de las 9 de la mañana.
Hasta el domingo.


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martes, 23 de noviembre de 2010

Sa Gubia

A las 9:15 empezamos a andar desde el lugar de reunión: el aparcamiento de Can Penasso. Somos 19 (incluido un niño) los que haremos la excursión, que tendrá tres partes más o menos diferenciadas: una primera parte de subida hasta Sa Gubia, una segunda de bajada hasta las cercanías de la posesión de Pastoritx y una final de llaneo hasta el lugar de salida.
El día está medio nublado. Las previsiones meteorológicas anuncian algún que otro chubasco entrada la tarde. De momento el tiempo aguanta a pesar de alguna gotilla de lluvia que no nos alarma.
Iniciamos la marcha subiendo por la carretera en dirección a Sóller. Es un kilómetro escaso pero que debido a su peligrosidad lo hacemos rápidamente. A nuestra izquierda vamos dejando el Puig de son Nassi y el Puig de son Poc. Alturas que iremos rodeando primero por el norte y luego por el oeste. En apenas un cuarto de hora llegamos a la entrada de la posesión de s'Alqueria d'Avall. Pasamos cerca de las casas dejándolas a la derecha y rápidamente las dejamos atrás mientras empezamos a ascender por un camino de carro muy cómodo teniendo la Serra de son Socies a la derecha y el Puig de son Poc a la izquierda.
El camino va trazando continuos zig-zag mientras asciende. A medida que ganamos altura tenemos una vista mas general de las casas de s'Alqueria y del pueblo de Bunyola. En nuestro camino también pasamos por delante de varios cobertizos de piedra para el ganado y que pueden servir para protegerse en un día de mal tiempo. El desnivel, sin ser importante, se hace un poco exigente en algunos tramos. El cielo se ha despejado un poco y el sol empieza a calentar quedando algunos en manga corta. Media hora después de haber dejado la carretera de Sóller, hacemos el alto para la merienda donde recuperaremos las fuerzas necesarias para el último tramo de subida.
Retomada la marcha tras la merienda continuamos subiendo por el ancho camino. Poco a poco nos vamos situando a la misma altura que la aguda cima del Puig de son Poc. Tras el, el pueblo de Bunyola a la derecha y la Comuna de Bunyola, con el Penyal d'Honor a la izquierda. Frente a nosotros, acercándonos poco a poco a el, las paredes casi verticales del Puig de son Nassi. Ocho o diez curvas cerradas mas, pasando al lado de más refugios con pozo incluido y aljibes de agua para el ganado, y llegamos al collado entre el Puig de sa Plana y Sa Gubia. En el hay una lápida del Fomento del Turismo y allí mismo parte el sendero hacia el mirador y el refugio de Leandro Ximenis. Desde el lugar de la merienda hasta este collado han pasado unos tres cuartos de hora.
El sendero hacia el mirador sale del camino por su lado izquierdo. En escasos 10 minutos dejamos a la izquierda el refugio (un cobertizo de obra más limpio que otros que hemos dejado junto al camino) y un minuto después alcanzamos la cima de Sa Gubia, donde nos recibe un mirador casi colgado del vacío y con una esplendida vista sobre el Pla de Mallorca. La poca altura de esta cima (609 m) no quita la magnífica vista que tenemos sobre toda la llanura de Mallorca y parte de la Serra de Tramuntana. También distinguimos a lo lejos, un poco difuminadas, las islas del archipiélago de Cabrera. Las pequeñas cimas más cercanas que nos rodean son Sa Falconera (al otro lado de la vaguada del torrente de Sa Gubia), el Puig de S'obi y el Penyal de sa Rata por el oeste, y por la parte este la Serra d'Alfabia y los montes de la Comuna de Bunyola, con el pueblo a sus pies. En el Pla destaca, a lo lejos, el Puig de Randa.
Regresamos por el mismo sendero llegando de nuevo al camino carretero. Giramos a la izquierda en dirección al predio de Muntanya. Pasamos por nuevas casetas para el ganado, dejamos a la derecha el desvío hacia el Pas de sa Fesa y al poco empezamos a ver a nuestra izquierda los tejados de la posesión. Poco antes de llegar a las barreras de entrada he visto una planta de romaní (romero) de flor casi blanca. No es muy habitual este color, normalmente es de color azulado, y aunque otras veces lo he visto de color azul muy pálido, nunca había visto una mata de flores tan blancas. En poco más de media hora hemos recorrido este tramo.
Desde las barreras seguimos por camino en dirección a la vaguada que tenemos hacia el noroeste (torrent de s'Aubi), pero al poco tiempo nos desviamos por un senderillo que asciende por la ladera izquierda hacia el collado entre el Puig de s'Obi y el Penyal de sa Rata. Aunque hay fitas de tanto en tanto, a ratos perdemos el sendero pero la dirección es siempre en subida hacia el oeste. Al llegar al collado pasamos una pared medianera con rejilla por un botador de madera. Casi frente a nosotros tenemos el Puig de na Fátima y detrás na Ferrana y la Mola de Son Pacs (destino de la excursión del mes que viene). Ya más lejos, la Mola de Planicia y el Galatzó.
Hemos hecho la parte de subida. Empezamos ahora con la segunda parte de la excursión: la bajada. Empezamos faldeando la ladera hacia nuestra derecha (oeste) sin subir ni bajar atravesando un carrizal, pasando al pie de un cortado de la ladera del Penyal de sa Rata y atravesando una pared medianera por su parte más alta. Unas fitas y puntos rojos nos indican el camino. Seguimos en dirección noroeste por el senderillo manteniendo la altura y atravesando terrazas de olivar, donde antiguos incendios han dejado su huella en los troncos, hasta llegar a una especie de mirador sobre Pastoritx. Aquí tenemos un momento de indecisión en la dirección exacta por la que seguir. Optamos por hacer una bajada directa hasta que un precipicio hace que nos desviemos nuevamente hacia el sureste, pasando por una vieja era, buscando el paso más accesible siempre en bajada. Nuestros pasos nos llevan hasta la parte baja de la pared que atravesamos al pie de los peñascos (en un momento dado es una buena referencia).
En ese punto nos volvemos a desviar hacia el noroeste. La bajada no es peligrosa, pero sí un poco delicada y mas teniendo en cuenta que empieza a llover dejando las piedras resbaladizas. Poco a poco, con cuidado, y descendiendo continuamente llegamos al torrente del Comellar de l'Infern o de na Morta. Viendo las fotos aéreas, de seguir un poco más adelante en el mirador sobre Pastoritx hubiéramos acertado la bajada por el Pas des Caragol. Lo bueno es que ha dejado de llover. La mala suerte ha sido que ha llovido en el tramo mas complicado. ¡Qué le vamos a hacer!
Cruzamos el torrente y nos encontramos con un camino empedrado. Giramos hacia la izquierda, torrente abajo, paralelos a el, a veces incluso por su cauce hasta pasar al otro lado y llegar a las abandonadas casas de Raixeta donde paramos para comer. En hora y media hemos bajado desde el collado hasta las casas.
Las casas de Raixeta tienen el patio (o clastra) abierto, no es como en otras posesiones que lo tienen interior. Sobre uno de los portales hay un escudo de armas (según consultas posteriores, de la familia de los Despuig). Corresponde esa parte a la casa de los senyors. Las otras dependencias son las de los amos con instalaciones para ganado, la tafona (almazara), graneros, etc. En una de las paredes que mira mas hacia el sur, hay un reloj de sol muy deteriorado con el gnomon doblado y del que apenas se distinguen las líneas horarias. Todo es abandono: tejados caídos, paredes desconchadas. Apenas quedan vestigios de lo que en su día debieron ser. Una de las dependencias, a la derecha según se sale hacia Raixa por el camino, sí que parece que la han rehabilitado (al menos se ven paredes y tejado nuevos).
Salimos de Raixeta después de haber comido en dirección a Raixa, por camino de carro en ligero descenso y con el torrente a la derecha. A la izquierda tenemos las laderas del Puig Pla primero y de Sa Falconera después. Media hora de camino y empezamos a ver las instalaciones de la finca de Raixa. El camino viejo pasaba por en medio de la clastra de esa posesión pero ahora hay que desviarse, cruzando el torrente y rodear los jardines y el aparcamiento nuevo. Mientras rodeamos las casas, vemos los muros del estanque, la balconada con los arcos y los miradores en la ladera de la montaña.
Terminamos de rodear la finca y dejamos atrás el acceso que hay desde la carretera de Sóller, entrando en un camino flanqueado por paredes. Es el Camí de Passatemps desde donde volvemos a ver las cimas que hemos visto y transitado por la mañana: Sa Gubia, Puig de son Nassi y Puig de son Poc, llegando sin mas problemas a la carretera de Sóller y a Can Penasso poco antes de las cuatro de la tarde.
La excursión en un principio parecía que iba a ser suave, pero así y todo hemos andado más de 18 kilómetros y, para mi, por zonas que no había estado nunca y que sin tener alturas considerables como en otros sitios de la Serra, no por ello tienen menos valor cultural, natural o paisajístico que aquellas.

CMP Sa Gubia


domingo, 14 de noviembre de 2010

Próxima excursión: Sa Gubia

Para el domingo que viene, día 21, haremos la excursión mensual. A ver si esta vez tenemos mejor suerte que el mes pasado y el tiempo no nos impide su finalización.
El objetivo será Sa Gubia, una cima no muy elevada pero desde la que tendremos, seguro, una mágnífica vista sobre el Pla y sobre la sierra.
Nos guiará nuestra compañera Eva. El lugar de reunión és el restaurante Can Penasso (en el kilómetro 14,8 de la carretera de Sóller, pasado el desvío de Bunyola) a la hora acostumbrada de las 9 de la mañana.
Os esperamos a todos.


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domingo, 17 de octubre de 2010

Caseta del Mal Home

A las nueve y pocos minutos salimos en coche desde el campo de fútbol, con idea de evitar y ahorrarnos un trecho de carretera tanto a la ida como a la vuelta. Nos acercamos así hasta el inicio del Camí de Tenja donde dejamos los coches.
El día está plomizo y las previsiones anunciaban lluvia para ese día. De momento aguanta.
A eso de las nueve y media nos ponemos en camino. Delante tenemos la Muntanyeta de Tenja y Es Telègraf. Somos 20 (incluido un niño) los que nos hemos reunido.
Las excursiones con Guillem, siempre tienen algún tipo de sorpresa, bien por alguna actividad o por algo que nos hace pensar o meditar sobre algún tema concreto. Hoy nos propone que durante la merienda nos leerá un relato de Salvador Galmés y que tras la excursión hagamos una crónica de la excursión imitando su estilo en lo que nos sea posible.
No han pasado 15 minutos de marcha cuando empieza a caer una ligera llovizna. Parece que las previsiones meteorológicas se cumplen. Pocos minutos más y la llovizna se convierte en lluvia ligera. Echamos mano de los paraguas, capas y chubasqueros y continuamos un poco. No parece que el tiempo vaya a cambiar así que deliberamos sobre qué hacer. Guillem nos reúne y nos comenta un poco la ruta, caracterizada casi casi por la ausencia de 'ruta'. Es decir, que apenas hay camino o sendero que seguir y que se irá en muchos tramos 'a la mala'. También nos dice que no hay un refugio donde cobijarse en caso de que la lluvia vaya a más. La asamblea se salda con 3 bajas que vuelven a los coches. Guillem nos comenta seguir hasta el lugar previsto de merienda y decidir allí en función de las condiciones que tengamos.
Seguimos unos quince minutos mas, dejando el camino ancho e internándonos ladera arriba por unos bancales. En ese momento abandonan otros dos. Vamos campo a través, entre la vegetación que cubre las terrazas y superando las paredes de piedra. No tarda el agua en empaparnos los pantalones y las botas. Al final llegamos a la Caseta del Mal Home, una pequeña caseta de piedra medio derruida donde se adivinan dos dependencias. Guillem nos comenta que uno de los cuartos, el de la entrada, estaba ocupado por el 'ase'; en el otro (a mi incluso me parecía mas pequeña que la primera) vivía el matrimonio y sus 5 hijos. Parece mentira que pudieran vivir en apenas 10 ó 12 metros cuadrados una familia con 5 hijos. El nombre de la caseta y de su habitante ('el mal home') era debido a que no frecuentaba la iglesia los domingos (se ve que tenía otras obligaciones como su familia y sus escasas pertenencias y no podía dedicarse a la devoción, pero eso estaba mal visto en aquella época). No recuerdo si Guillem comentó que esto era de hace unos 40 o 50 años.
Merendamos, como podemos, bajo la lluvia. En esos momentos cae bastante fuerte y tras una segunda asamblea decidimos abandonar. Pocas veces ha abandonado el grupo una excursión. Los más veteranos comentan que apenas una o dos veces se ha tenido que echar atrás una salida por la lluvia. Pero visto lo visto, y ya que el tiempo no parece cambiar y que tendremos que ir mayormente campo a través, entre zarzas y carrizo, decidimos dejarlo para otro año.
Guillem nos propone ir a Ses Sitges, una granja escuela donde se realizan (realizan) actividades de educación ambiental y colonias de verano. Terminamos de merendar y regresamos por el mismo camino al principio para desviarnos después hacia las casas. Mientras, los conductores han ido a buscar los coches para acercarlos también a las casas.
La llegada supone el final de la excursión, pero el inicio de una velada memorable, con entretenimientos a base de chistes, juegos y anécdotas y conversaciones de otras excursiones o de cualquier tema en general. No faltó un relato de Salvador Galmés ('Hivernal') y una actividad que cuando nos la propuso Guillem no dudamos casi nada en su realización. Consistió en hacer 'orellanas' u orejas. Un postre a base de harina, leche, manteca, huevo y un poco de anís. Jesús se dedicó a mezclar todos los ingredientes y repartir un poco de la masa a cada uno para, con un rodillo, aplanarla muy finamente, cortarla en rectángulos y freírlos en una sartén. La verdad es que quedaron, como dice Arguiñano, ricas, ricas, y dimos buena cuenta de ellas tras la comida, acompañadas de un café y una copa de hierbas y/o de pacharán.
El relato de Salvador Galmés sirvió de ejemplo de lo que Guillem quería que intentásemos hacer. Un pequeño relato de la excursión siguiendo el estilo narrativo de dicho escritor. Desde aquí dejo abierta esta crónica para que cada uno que quiera la termine con su pequeña aportación.
Por cierto. No recuerdo si se comentó entonces, pero mirando la biografía de Salvador Galmés resulta que nació precisamente en Ses Sitges.
Si alguien le interesa realizar la excursión, que deje un comentario para que Guillem lo pueda leer. En todo caso, para el año que viene es seguro que la realizaremos, como asignatura pendiente que nos ha quedado en este inicio de temporada.
Quiero disculparme por no haber publicado esta crónica antes pero mi ordenador ha estado a punto de pasar al reciclaje.

CMP Caseta del Mal Home


domingo, 10 de octubre de 2010

Nueva temporada: Montaña de Calicant y Telègraf

Hola a todos.
La verdad es que la temporada 2010-2011 empezó el mes pasado con la novena etapa de la vuelta a Mallorca (Estellencs-Banyalbufar-Port des Canonge- Son Olesa) que organiza y lleva a cabo nuestro compañero Jaume Salom. Pero no pude hacer ni la entrada de presentación ni la crónica pues no pude asistir a ella. Otras caminatas por los Pirineos me lo impidieron.
Así que sirva esta entrada, aunque por atrasado, como saludos y presentación de la nueva temporada de excursiones cuyo programa (y también el programa infantil) podéis encontrar en la dirección http://www.mallorcaweb.net/stolsantueri/
Para el domingo que viene, 17 de octubre, se realizará la segunda excursión de la temporada: Montaña de Calicant y Telègraf, en las cercanías de Sant Llorenç. El lugar de reunión es precisamente en el campo de fútbol de esta localidad, a la hora habitual de las 9 de la mañana. Nuestro guía será, como en otras ocasiones en las que vamos por Sant Llorenç, Guillem Pont, buen conocedor de aquellas tierras y que siempre nos tiene preparada alguna sorpresa.
Ánimo a todos que os esperamos.


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domingo, 20 de junio de 2010

Torrent de Pareis (2010)

Mientras me acerco hacia Inca por la autopista, empieza a chispear un poco. Por lo visto, las predicciones que indicaban que llovería durante la mañana se van a cumplir. En principio no era mucho, pero subiendo hacia Lluc caen unos cuantos chaparrones cada uno de los cuales va preocupándome más. Al llegar al punto de reunión ya están casi todos listos (la verdad es que me retrasé un poco y llegué mas tarde de la hora acordada) y culminando los preparativos de ver quien mueve los coches para dejarlos en La Calobra. La conversación se centra también en el tiempo, el la lluvia que ha caído y en lo que nos podemos encontrar. Esos chaparrones no han gustado nada. Quedamos con la idea de llegar al menos a S'Entreforc y ver in situ el terreno. Si vemos las piedras muy mojadas daremos media vuelta y regresaremos.
Empiezan a bajar unos coches y aún llegan otras personas con intención de hacer el torrente con nosotros. Les planteamos la situación de que podemos encontrar mal terreno y eso les hace echarse para atrás. Para otra ocasión nos dicen.
Terminamos de hacer el movimiento de coches de rigor y a las 9 estamos prácticamente listos. Según cuenta Tomeu (nuestro guía hoy) mientras estábamos dejando los coches en La Calobra le volvieron las dudas de hacer o no la excursión. Un grupo de 40 o 50 personas ha subido del torrente y lo ponían bastante negro.
Al final nos decidimos y a las 9:10 empezamos la bajada los 18 que componemos el grupo (2 niños incluidos). Pasamos al lado de los terrenos de labor y dejamos la piedra foradada a la derecha. Esta vez no nos paramos en ella, ya que preferimos aprovechar la calma que tenemos en ese momento. Calma que no dura mucho pues se pone a chispear al poco tiempo. Echamos mano del chubasquero, los que lo tienen, y seguimos adelante. Tenemos ya enfrente las grieta que forma S'Entreforc. A la derecha el antiguo cuartel de carabineros (de lejos parece bastante avanzada la rehabilitación que están haciendo) con la mole del Puig Roig y las casas de Cosconar incrustadas en él. Veinte minutos de marcha y hacemos la parada de costumbre para comprobar que el eco del torrente sigue en perfecto estado y funcionando correctamente.
Por detrás de nosotros se oyen voces que indican que otro grupo está bajando. Ha dejado de llover afortunadamente, pero el terreno está mojado y hay que ir con cuidado. Por desgracia ocurre el primer imprevisto de esta excursión. Un resbalón hace golpear con la cabeza en una piedra a una compañera de nuestro grupo. Unas gotas de sangre hacen saltar la alarma. Por suerte ha sido una herida pequeña. No tenemos botiquín pero el grupo que viene detrás sí que tiene un poco de betadine y unas gasas y podemos curar la herida. Desde aquí damos las gracias a ese grupo, los Bous Bufats, por su ayuda desinteresada. Por suerte dejaron ese día las bicis y bajaron al torrente. De nuevo, muchas gracias.
El resto de nuestro grupo está ya en el lecho del Torrent de Lluc, adonde llegamos los rezagados a las 10:30. Nos dirigimos hacia S'Entreforc pegados a la pared de la izquierda, aunque algunos les da por empezar a saltar entre las piedras antes de tiempo, bajando ese tramo del Torrente de Lluc por el mismo cauce. Un cuarto de hora después llegamos a S'Entreforc donde paramos un rato para merendar. Poco tiempo, pues el tiempo aguanta y hay que aprovecharlo. Las rocas están secas como si no se hubieran enterado de la lluvia que había caído poco antes, aunque también es posible que ahí no haya llovido nada.
Retomamos el camino a las 11:00, rodeando el primer tramo delicado, Sa Llosa, al principio por la derecha y después dejándonos resbalar o aprovechando los escalones picados en la piedra inclinada. Arriba, en la pared de la derecha, vemos la entrada más o menos rectangular de la Cova des Soldat Pelut.
Justo después de Sa Llosa toca el primero de los pasos complicados, el Gorg des Cingles, que salvamos sin mayores problemas. Salvamos otro paso donde, por seguridad, utilizamos una cuerda que ha traído nuestro compañero Rafel. También lo pasamos sin mayores complicaciones. Sin embargo nos vamos encontrando una serie de charcos a nuestro paso que en condiciones normales no deberían de haber estado. Se pueden evitar sin muchos problemas, cuando de pronto llegamos a un punto donde se nos planteará un nuevo dilema. Creo que es en el llamado Gorg des Capellà, donde el agua cubre unos 50 ó 70 metros de cauce de lado a lado. No sabemos cuanto cubre ni si hay zonas mejores o peores para pasar. Unos excursionistas, al otro lado del charco, nos dicen por donde han pasado para no meterse en la zona mas profunda. Dicen que el agua llega un poco por debajo de los hombros, aunque claro, eso depende de la altura de cada uno. No las tenemos todas con nosotros, y yo el primero. Por un lado me seduce la idea de pasar, pero por otro lado pienso en los gadgets electrónicos y en la posibilidad de que se escacharren. Lo que está claro es que si pasamos no habrá vuelta atrás. Cuando en la entrada anterior comentaba que después de haber hecho el torrente muchas veces siempre había algo de él que me sorprendía, no esperaba encontrarme con esto. Nunca, excepto una vez (por no recordar el paso), había tenido necesidad de meterme en las pozas. Aquella vez fue en uno de los últimos gorgs (el Gorg de sa Figuera o el Gorg Dolç). En esta ocasión tenemos el contratiempo antes de la mitad del recorrido. Hay que decidirse si pasamos o no y al final optamos por hacerlo con gran alegría... para los niños.
Toca el engorro de descalzarse, cambiarse de ropa poniéndonos el bañador, guardarlo todo en la mochila y con ella sobre la cabeza ir pasando. El agua está fría, bastante fría, aunque si hubiera hecho sol nos hubiera parecido más fría todavía. Por desgracia algunos no pueden evitar el chapuzón de cuerpo entero con caída de la mochila en el agua. Así vamos pasando, de uno en uno, para después, en la otra orilla, vuelta a vestirte, a calzarte, etc., etc. En esos momentos son las doce y cuarto.
Pensando en la aventurilla pasada y que ya no nos podría ocurrir nada más, continuamos el descenso, a veces por el cauce, a veces rodeando un poco por las orillas, a veces haciendo contorsionismo en ciertos pasos. A la altura del Gorg de la Figuereta (desconozco si la higuera que le da nombre es una a la que le hice una foto y que de forma increíble salía de una roca) ya vemos la Cova del Romagueral, con su característica forma de pera o de campana a la que llegamos a la una menos cuarto. A partir de aquí nos adentramos en la parte más estrecha del torrente, lugar donde se sitúa el Salt des Soldat Pelut.
Con sol y a ciertas horas, este tramo con los claro-oscuros que se forman y la vegetación colgando de las paredes es realmente fascinante. Hoy, con el cielo nublado no lo es tanto pero sigue impresionando ver las señales del nivel que puede tener el agua y que nos cubrirían con creces. Llegamos al paso de Grassos, estrenyiu-vos, a la derecha del cauce, donde con la ayuda de Tomeu, que nos indica donde poner los pies, lo salvamos sin mucha complicación. Pero al llegar al siguiente paso, en el Gorg de sa Creu, por la izquierda, una nueva sorpresa. Otra vez vemos que el agua nos cierra el paso. Nuevamente están las personas que nos indicaron por dónde pasar anteriormente y esta vez nos dicen que aquí no hay tutía, que no se hace pie y hay que nadar se quiera o no se quiera. Por suerte podemos pasar las mochilas por el otro lado del paso dejándolas caer para que la recoja otro compañero y, sin impedimentos, poder atravesar a nado los 20 metros que nos separan de la otra orilla. No acabamos de calzarnos de nuevo y andar un poco para, en seguida, casi aún con los pies mojados, nuevo paso por el agua, en el Gorg des Degotís. Esta vez hacemos una cadena para pasar las mochilas hasta la otra orilla aprovechando unas rocas más o menos cerca de la superficie (un hueco bastante ancho entre ellas dificulta ir andando con la mochila a cuestas, por lo que el chapuzón no nos lo quita nadie). En esos momentos ya nos da igual lo que podamos encontrar. Al principio puedes tener más o menos reparo, pero a estas alturas ya poco te importa. Si no fuera por las cámaras de fotos, teléfonos y similares, la verdad es que estaría siendo una gozada. Bromeamos con comentarios del trabajo que le ha llevado a Tomeu llenar esas pozas que si con camiones que si con una manguera.
A eso de la una y media llegamos a Es Degotís, que en esta ocasión gotean como nunca antes había visto. Pero esta vez no les hacemos prácticamente ningún caso. No ha sido un día de calor y ya bastante remojados estamos. Creo que es la primera vez que no he bebido o me he refrescado con el agua de esta fuente.
Aún hemos de pasar un último gorg, aunque esta vez no es necesario quitarse la mochila de la espalda, pues el agua solo llega a las rodillas. Sólo la incomodidad de quitarte las botas antes y ponértelas después. Estamos en el Gorg de sa Figuera, y en seguida llega el Gorg Dolç, donde evitamos otro remojón aprovechando un madero entre dos piedras.
Una hora después de Es Degotís llegamos a S'Olla, ensanchamiento del torrente justo antes de su desembocadura. Sanos y salvos, quitando alguna que otra caída (afortunadamente sin consecuencias; ¿verdad, Joana Maria y Kika?) y varios chapuzones. Una trinchera con agua nos corta el acceso a la playa. La mayoría nos quedamos antes. Ya no hay ganas de más remojones aunque algunos sí que pasan llegando hasta la orilla del mar que ese momento estaba muy agitado.
Como dije, el Torrent de Pareis siempre tiene alguna sorpresa, y esta vez han sido las pozas con agua que han puesto la guinda a la excursión. Ocho de nosotros hacían el torrente por vez primera y seguro que lo recordarán toda la vida. Y está claro que si para otra vez que vayamos me entero de que nos vamos a encontrar con agua, dejo de lado aparatos electrónicos y cosas de valor y a disfrutar como un enano.
Si buscais en el google 'Bous Bufats', podréis ver un vídeo suyo que muestra cómo pasaron ellos (igual a como pasamos nosotros). En sus fotos podéis ver cómo curaron a nuestra compañera.
A nuestros álbumes podéis acceder picando en las fotos siguientes.



CMP Torrent de Pareis


Torrent de Pareis

domingo, 13 de junio de 2010

Ultima excursión temporada XIX:Torrent de Pareis

Finalizamos esta temporada con la excursión al Torrent de Pareis. Será el domingo que viene día 20. Como siempre en esta excursión quedamos una hora antes, las 08:00, en el restaurante de Escorca, ya que habrá que hacer movimiento de coches.
En esta ocasión nos guiará Tomeu Rigo.
No creo que vaya muy descaminado, pero desde que la hice por primera vez con 18 años, la habré hecho al menos 20 veces y siempre hay cosas que me sorprenden. Y sin mencionar el entorno impresionante que te envuelve mientras caminas por el cauce.
Hasta el domingo.


Ver Escorca en un mapa más grande

domingo, 16 de mayo de 2010

Canaleta del Massanella

A las 09:15 estamos preparados para empezar la marcha. Hoy nos acercaremos desde Mancor a la Canaleta del Massanella, subiendo por Es Refals y bajando por Can Bajoca. A punto de empezar a andar una llamada de teléfono hace que nos demoremos apenas unos minutos a la espera de la llegada de otros compañeros.
Iniciamos la excursión saliendo de Mancor por la calle del campo de fútbol (C/ Margarita Sintes). Pasamos las últimas casas del pueblo y entramos en terreno de bancales con olivar. Subimos por camino asfaltado que en ocasiones se empina bastante. Durante la subida tenemos casi siempre a nuestra izquierda una tubería de conducción de agua y dejamos también a la izquierda un antiestético depósito de agua, una pequeña surgencia y una fuente junto a un pozo. Casi a las 10 llegamos a la altura de las casas de Es Refals que dejamos a la derecha.
Andamos unos minutos más, ya por camino de carro, y paramos a merendar en una revuelta del mismo. Frente a nosotros se ve la Bahía de Alcudia (y la chimenea de la central de Es Murterar). Al oeste tenemos una bella vista del Puig de Massanella, Puig de ses Bassetes y Puig de n'Alí. Y al sur, aunque no vemos la cima pues estamos en sus laderas, tenemos el Puig des Suro. Pasada la merienda continuamos el camino que desde Es Refals se ha hecho casi llano y cómodo de andar. Es la zona conocida como Es Replà. En un momento dado tenemos a nuestra derecha lo que suponemos sería el antiguo camino, bien flanqueado por gruesos muros y un poco invadido por la vegetación.
El olivar deja paso al encinar y poco después, en una curva del camino a la derecha, lo abandonamos para desviarnos por un sendero a la izquierda. Subimos paralelos a una pared de partió que tenemos a la izquierza hasta dar con un portillo en la pared que atravesamos. Nuestro camino continúa recto, casi hacia el oeste. Pero nos desviamos un momento para visitar la Cova d'Almadrà, bajando (dirección sur) por la vaguada de un torrente y dejando también la pared anterior a la izquierda. La cueva está a menos de 5 minutos del portillo. No es muy visible desde el sendero y hay que desviarse un poco hacia la izquierda hasta encontrar una depresión del terreno y la cueva en un lateral de esta depresión. La entrada es grande. El terreno se adentra en pendiente hacia el fondo. Se ven restos de paredes aquí y allá separando dependencias (es de suponer que en su momento se aprovechó para tener ganado). Por las estalagmitas aún gotea agua producto de las últimas lluvias.
Regresamos por el mismo camino en dirección al portillo que dejamos atrás. Poco antes de llegar a el, giramos a la izquierda por el sendero bastante definido. Andamos por la zona de Es Pinetons. Frente a nosotros tenemos la mola del Puig de s'Alcadena y el puntiagudo Puig de Sant Miquel. Delante los campos de cultivo de la posesión de Son Ordines. Más allá se intuye el valle de Orient. En esta zona el camino conserva restos de su antiguo y bello empedrado.
Aparecen sitjas por aquí y por allá, vestigios del aprovechamiento del bosque en otras épocas pasadas. El camino se hace un poco mas empinado y mediante unas pocas revueltas en zig-zag llegamos a una nueva pared de partió con otro portillo. Tras el vemos postes indicadores del sendero de gran recorrido GR-221 así como de otras rutas secundarias. Nosotros continuamos hacia la izquierda, en dirección a la Font des Prat. Ahora podemos ver el Puig del Castell d'Alaró que antes no veíamos porque nos lo tapaba el Puig de s'Alcadena.
Llegamos a una nueva pared y a un nuevo portillo y a una nueva encrucijada de caminos. Seguimos hacia la derecha, de nuevo hacia la Font des Prat. Caminamos en dirección casi Norte. A nuestra izquierda dejamos las Casas Velles de Tossals. Pronto vemos a nuestra derecha, al otro lado del Torrent des Prat, la línea que traza la canaleta del Massanella. Incluso el sitio llamado La Foradada donde a través de un pequeño túnel salva un tramo bastante aéreo en la ladera del Puig des Castellot des Rafal. Un poco más adelante divisamos el acueducto de la canaleta. De este modo llegamos al cauce del Torrent des Prat a las 13:00. En ese rincón, a la orilla del torrente y con el murmullo del agua, hacemos la parada para comer, y más de uno aprovecha también la parada para refrescarse bien sean los pies o la cabeza.
Después de comer y antes de iniciar el recorrido por la canaleta, nos acercamos a uno de los registros de dicha conducción. Está a pocos metros de donde hemos hecho la parada para la comida y se llega subiendo por la canal hacia la Font des Prat. Levantando la tapadera del registro vemos como el agua viene a borbotones. Parte se derrama por el terreno, la otra se encauza por la tubería. El agua llega hasta aquí desde la Font des Prat de forma subterránea y desde aquí discurre, antiguamente por la canal, ahora entubada dentro de la propia canal. Desde aquí partimos siguiendo la canaleta en dirección sur. Una vez abandonado el encinar dejamos a la derecha una construcción llamada Es Molinot (antiguo molino de agua). Un poco más adelante está la joya de esta obra de ingeniería: el acueducto. Éste salva un accidente del terreno mediante cuatro arcos separados de la pared de la montaña. Hay que caminar por encima con el vacío a cada lado, venciendo, aquel que lo tenga, la posible sensación de vértigo. Continuamos la marcha faldeando la ladera que aquí hace un amplio arco y llegamos a La Foradada, que ya vimos desde la otra ladera del Torrent des Prat. La Foradada es un pequeño túnel en la roca por donde pasa la canal y que salva de esta manera el acantilado que tiene la montaña en este punto.
Andamos cinco minutos mas hacia el sur y giramos en dirección noreste pegados a la pared este del Puig des Castellot des Rafal. Este tramo es de los más aéreos del recorrido y maravilla cómo pudieron 'pegar' esta construcción a la montaña desafiando el vacío. Por desgracia, en algunos tramos los desprendimientos han caido sobre la canaleta, si bien aún no la han afectado gravemente. Quiera Dios que así continúe por muchos años. Desde aquí vemos Inca y el Puig de Santa Magdalena. Más o menos frente a nosotros el Puig de n'Alí. Delante de él el coll de la Canaleta hacia el que nos dirigimos y al que llegamos en apenas un cuarto de hora desde que cambiamos de dirección.
La llegada al collado destaca por un cambio en la vegetación. Ahora nos vuelve a rodear el encinar. La canaleta lo atraviesa casi en línea recta. Unas marcas de pintura, fitas y unos troncos atravesados en la canal nos indican el sitio donde tenemos que abandonar la acequia por la izquierda por un camino de herradura entre el encinar y que en zig-zag va descendiendo rápidamente en dirección a las Cases del Bosc. El camino se hace más ancho al llegar a las casas donde se junta con el que baja del Coll de sa Línia bajando hacia Mancor pegado al Torrent del Bosc. El camino es ancho aunque empinado hasta la llegada a S'Estret, a partir del cual se suaviza un poco. Cerca de S'Estret, se ve a la derecha el último tramo, en fuerte desnivel, del camino de herradura que baja de la canaleta. En una de las paredes que nos rodean, unos alpinistas practican ese deporte tan arriesgado. En S'Estret volvemos a encontrarnos con la canaleta que atraviesa por debajo del camino hacia nuestra izquierda. Su recorrido, desde que la abandonamos, ha sido por la ladera nororiental de la Serra Mitjana hasta llegar a este punto precipitándose por el llamado Salt de l'Aigua.
El último tramo del camino hasta llegar a Mancor será un suave paseo casi por terreno llano. Volvemos a encontrarnos en terreno de Olivar. Pronto llegamos a las casas de Can Bajoca y a las de Massanella donde intentamos encontrar a alguien para que nos deje ver siquiera el estanque aunque sin fortuna. Aquí, en el estanque, es donde termina la canaleta. Una canaleta que en su día no pudieron o no supieron realizar destacados ingenieros españoles y extranjeros y que Monserrat Fontanet, natural de Lloret, encargado del cuidado de los cerdos y que apenas tenía estudios, supo culminar con éxito; gracias también a la confianza que puso en él el Sr. Dezcallar, dueño de la finca de Massanella. En 1750 llegaba el agua a las casas de Massanella.
Tras las casas de Massanella queda un kilómetro por carretera hasta el pueblo al que llegamos a eso de las cinco menos cuarto. Al final han sido casi 20 kilómetros de marcha durante los cuales hemos visto una de las obras de ingeniería popular más sorprendentes de Mallorca.

De CMP Canaleta del Massanella






CMP Canaleta del Massanella


JLT CANALETA DE MANCOR



domingo, 9 de mayo de 2010

Próxima salida: Mancor - Font des Prat - Canaleta Massanella

El domingo que viene Santueri hará la excursión habitual del tercer domingo del mes. Esta vez visitaremos la Font des Prat y la Canaleta del Massanella y será nuestra compañera Eva Serra quien nos guíe por esa ruta.
Se ha quedado a las 09:00, como siempre, en el campo de fútbol de Mancor.
Os esperamos a todos.


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domingo, 18 de abril de 2010

Talaia d'Alcúdia y cova Tancada

El día ha amanecido soleado. Se anunciaban previsiones de lluvia pero por suerte no va a ser así. De hecho hará calor durante el día. El mar está en calma, las montañas nítidas y a la luz de esas primeras horas de la mañana configura un paisaje realmente fabuloso.
Nos hemos reunido en la desembocadura del torrent de ses Fontanelles (poco antes de la entrada del campamento de la Victoria). Hay un poco de explanada donde dejar los coches. En total somos 20 adultos y un niño. Como dije en la entrada anterior, un servidor hará de guía del grupo. Es la primera vez que lo hago para el grupo. Nos ponemos en marcha a las nueve y cuarto, después de haber esperado los minutos de cortesía habituales.
Por un sendero, evitando el asfalto de la carretera, nos acercamos al camino de entrada del campamento. Nos internamos por las, ahora solitarias, instalaciones: pistas de deporte, comedores, aseos, etc., donde algunos comentan alguna aventuras que tuvieron por aquí haciendo campamento o de monitores. Andamos hacia el sureste por camino ancho y bien señalizado, compartiendo itinerario con otro para la práctica de la marcha nórdica (o nordic walking), modalidad deportiva de marcha con bastones.
A los 10 minutos dejamos a la derecha el camino por el que regresaremos. Cinco minutos mas y llegamos a otro cruce señalizado. El camino gira a la izquierda. Sin embargo seguimos recto con intención de visitar la Cova d'en Navarro. En la última visita que hice para preparar la excursión, desde la cima de la Talaia, un señor enseñaba a otros distintos lugares de la zona, y uno de ellos era este. Ya en casa, con mapas y fotos aéreas pude ver que desde ese punto donde estábamos se podía llegar fácilmente. Era un aliciente más: ir a la descubierta de un sitio desconocido, eso si, con el acuerdo del grupo. Dejamos, por tanto, el camino que seguiremos después a la izquierda y seguimos recto por un camino de carro entre pinos. Poco después giramos a la derecha en subida; subida que se acentuará más adelante, aunque sin ser especialmente dura. En diez minutos desde el cruce llegamos a una explanada al pie de unos pequeños acantilados. La cueva se abre en la pared rocosa de uno de ellos. Una gran abertura con un gran espacio interior con suelo inclinado hacia adentro y a la derecha. A nuestra llegada un grupo de palomas (unas 15 o 20) vuelan espantadas saliendo de la cueva. En su día debía de servir de jaula para ellas ya que se ven restos de rejilla que seguramente cerraban la entrada de la cueva y en el interior aún se ven cajas nido. Alguno de nosotros entra en la cueva lo que hace que salgan más palomas del interior.
Retrocedemos hasta el cruce y girando a la derecha (noreste) nos dirigimos hacia la Ermita de la Victoria. El sendero discurre entre carrizos al principio y entre pinos al final. Una fuerte subida nos sitúa en el aparcamiento de la ermita. Son las diez y cuarto aproximadamente cuando paramos a almorzar en la explanada frente a la ermita. A nuestros pies, vemos el campo de tiro del Cap Gros, la bahía de Pollença y al fondo toda la costa de Formentor.
Media hora después retomamos la marcha. Andamos por un camino ancho, apto para coches, entre pinos. El camino va ascendiendo poco a poco. En una revuelta dejamos a la izquierda el sendero que conduce a la Penya Roja y a la antigua fortificación militar que allí se encuentra. En su cima, además de la vista sobre el Cap des Pinar, destaca el Canó des Moro, una pieza de artillería del siglo XVII.
Nosotros seguimos por el camino ancho en subida, hasta llegar al Coll des Pedregaret y el Pla de sa Talaia. A la altura de un depósito de agua contra incendios se acaba el camino ancho y empieza un sendero que en zig-zag asciende por la ladera norte de la Talaia. Pasamos el Pas de s'Aritja, dejamos a la izquierda el sendero por el que continuaremos mas tarde y a las once y media llegamos a la cima de sa Talaia de Alcudia.
Aquí el panorama se nos abre en todas direcciones: la península de Alcudia con el cap des Pinar, la bahía de Pollença, la península y cabo de Formentor, Pollença con el Puig de María, toda la serra de Tramuntana, Alcudia, el puerto de Alcudia y el Puig de Sant Martí, la Albufera de Mallorca, el Pla de Mallorca con Sa Pobla y Muro en primer término, la bahía de Alcudia, Can Picafort y, por último, las montañas de Artá con el Puig de sa Tudossa y sa Talaia Moreia. 360 grados para nuestro disfrute. En la Talaia, además del hito geodésico hay dos casetas-refugio de cazadores (una en mal estado) y una caseta de vigilancia de incendios.
Un cuarto de hora después empezamos la bajada desviándonos por el sendero en dirección al Coll Baix. Pasamos por el Coll dels Hams y dejamos el Puig des Boc a nuestra izquierda antes de empezar una bajada, no digo vertiginosa, pero sí bastante empinada. En una revuelta del sendero hay una hermosa vista de la playa pedregosa del Coll Baix a nuestros pies, y se ven a algunas personas que suben y bajan por el sendero de acceso. Al fondo, la punta del Gavinot y el cap de Menorca cierran esta pequeña bahía.
Después de casi una hora de descenso, llegamos al Coll Baix con su mini área recreativa y después de agruparnos bajamos por el amplio camino del mismo nombre en dirección sur. Pasamos por el aparcamiento para los coches y un poco más abajo nos desviamos por un camino a la izquierda cerrado por una cadena por el que iniciamos el acceso al segundo punto caliente de la excursion: la Cova Tancada. Ascendemos una pequeña cuesta durante unos diez o quince minutos. El pinar nos rodea al llegar al collado donde nos desviamos a la derecha para tomar en seguida un sendero a la izquierda marcado con una fita. El sendero hace un poco de bajada para volver a subir una ladera. Nos dirigimos hacia el mar, hacia la bahía de Alcudia, que ya vemos entre los árboles. Al terminar la subida, el terreno se aclara. Escasean los pinos y el terreno se hace más rocoso. Casi al llegar al borde del acantilado bajamos por nuestra izquierda hacia una vaguada que atravesamos. Al poco se empiezan a ver escalones para facilitar la bajada. Un descenso escalonado muy vertical, donde aún se conservan soportes de antiguas barandillas, nos deja en una pequeña explanada a modo de terraza sobre un marge. Giramos a la derecha para al final de esa explanada girar a la izquierda y seguir bajando hacia la izquierda, por una especie de cornisa inclinada hasta llegar a la entrada de la cueva situada a escasos metros del nivel del mar. El descenso no ha sido difícil pero sí un poco delicado. Cerca de la entrada de la cueva otros excursionistas están descansando al sol. Desde el camí del Coll Baix han pasado unos 40 minutos.
Los escalones que hemos visto y otros que veremos dentro de la cueva indican que en un momento pasado se intentó acondicionar tanto ésta como el acceso para la visita turística, pero seguramente el elevado coste que suponía hizo que se abandonara el proyecto.
A la entrada, un cartel informa de no encender velas ni antorchas para no modificar las condiciones ambientales de la misma. Un pequeño túnel de entrada de dos metros y enseguida unos escalones en bajada nos adentran en la oscuridad. Encendemos las linternas y nos encontramos con una pequeña sala con una gran columna en medio. Nuevos escalones y nueva sala que atravesamos de frente. Apenas hemos entrado un poco y se empiezan a oír las exclamaciones de admiración por parte de todos. Las formaciones calcáreas, bien sean columnas, estalactitas, estalagmitas o 'cascadas' de carbonato cálcico en las paredes nos rodean por todos los sitios. Otros compañeros de los excursionistas que encontramos en la entrada han ido dejando velas encendidas por aquí y por allá que junto con nuestras linternas configuran un entorno misterioso. Seguimos atravesando salas y pasillos, algunos con el techo no muy alto. Se nota la mano del hombre que ha ido trazando un camino más o menos cómodo entre el laberinto de piedra. También se nota la mano del hombre, aunque esta vez censurable, pues casi no hay ninguna estalactita entera a no ser aquellas de lugares inalcanzables. Prácticamente todas están truncadas por ese afán coleccionista que tenemos y que luego no sirve para nada y quedan arrinconadas en cualquier rincón o, lo que es peor, tiradas a la basura. A pesar de eso, la visión de todas esas formaciones es espléndido.
Llegamos a la sala más grande de la cueva, con dos columnas estilizadas de color blanco a nuestra derecha. La luz de las linternas apenas consigue iluminar el fondo de la sala. Durante el camino hemos ido adivinando formas y figuras en las formaciones pétreas, aquí un hombre, aquí un animal. Atravesamos la sala hacia unas columnas grandes de color más rojizo debido a las impurezas de la caliza.
La visita, al menos la que se puede hacer de forma cómoda con el equipamiento que llevamos, termina un poco más allá de esas columnas, donde nos juntamos con el otro grupo. Hacemos la vuelta por el mismo camino volviéndonos a maravillar por el espectáculo que nos regala la tierra.
Hemos estado casi una hora dentro de la montaña, es un poco tarde aún no hemos comido, pero no lo haremos aquí, pues el sol pega con cierta fuerza y no hay sombra alguna, así que ascendemos por el acantilado por el camino que hemos hecho de bajada hasta llegar al collado del camino ancho antes de bajar al camino del Coll Baix donde hay abundancia de sombra. Casi a las tres de la tarde llegamos al sitio. No se si en alguna otra excursión se ha comido tan tarde (pido perdón) y espero que no sirva de precedente, pero pienso que la ocasión merecía la pena. Subiendo a la Talaia me preguntaron en broma que si encargaban la paella para las dos y media. Yo también en broma dije que a las tres. Así que como eran las tres, saqué mi paella que llevaba en el taper y ala, a comer. La verdad es que me salió redonda la respuesta.
No paramos mucho para la comida. Media hora y nos volvemos a poner en marcha. Bajamos hasta el camino del Coll Baix, giramos a la izquierda pero apenas dos minutos después nos desviamos a la derecha por el sendero señalizado hacia el Coll de Na Benet. La senda discurre al principio por el lecho del torrente de la Cova de ses Puces (en otros mapas lo señalan con el de sa Coma de s'Egua). Sale del mismo por la izquierda y lo atraviesa después varias veces dejando el cauce ahora a la izquierda, ahora a la derecha. Vamos subiendo de forma constante hasta alcanzar el Coll de na Benet (o de ses Fontanelles) al que llegamos 10 minutos después de las cuatro. Poco antes hemos dejado a la izquierda, en el mismo cauce del torrente, un depósito de agua a modo de embalse. Son las Fontanelles Sobiranes que seguramente se utilizarían antiguamente de abrevadero para animales. El calor ha hecho proliferar las algas dando al agua ese color verdoso característico.
En el collado, a la sombra de unos acebuches, vamos esperando a los rezagados para agruparnos. Desde aquí parten otros senderos. Uno señalizado a la izquierda en dirección al Puig d'en Vauma y con posibilidad de llegar a Alcudia, y otro sin señalizar, a la derecha por el que podríamos llegar por otra ruta diferente a la Talaia.
Retomamos la marcha siguiendo de frente, y en bajada definitiva por la vaguada del torrent de ses Fontanelles y con la bahía de Pollença y las montañas de Formentor frente a nosotros. Veinte minutos después del collado llegamos a una nueva zona húmeda: Ses Fontanelles Fondes. Al igual que la anterior tiene forma de charca aunque no parece tan profunda como la otra. Y también el agua está verdosa debido a las algas que crecen en ella.
Nos queda el último tramo de la excursión. Atravesamos un poco de pinar, vemos en el lecho del torrente a nuestra izquierda un pequeño embalse para aprovechamiento de agua (Cocó del Teler), se ven también las casas de la urbanización de Bonaire también a la izquierda, dejamos a la derecha el camino por el que fuimos por la mañana, atravesamos las instalaciones del campamento y llegamos, poco después, a la desembocadura del torrent de ses Fontanelles, donde dejamos los coches. Son casi las cinco cuando terminamos la excursión.
En total han sido unos 17 kilómetros, algo duros pese a carecer de desniveles pronunciados, pero con continuas subidas y bajadas. Picando en las fotos podéis acceder a los álbumes y podéis ver en el mapa la ruta realizada.





Fotos Jesús


Fotos Carlos



sábado, 10 de abril de 2010

Próxima excursión: Talaia de Alcudia - Cova Tancada

Para el domingo 18 de abril se hará la excursión de Santueri a la Talaia de Alcudia y la Cova Tancada. Un servidor guiará al grupo.
El lugar de reunión será poco después de la urbanización Es Mal Pas, en dirección a la ermita de la Victoria, en una explanada que hay al cruzar el Torrent de ses Fontanelles, a la hora habitual de las 09:00.
En el mapa tenéis la situación exacta.
Esperemos que haga buen tiempo para disfrutar de la excursión.
Hasta el domingo.


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sábado, 27 de marzo de 2010

Femenia Vell - Puig de ses Moles - Lavanor - Mortitx

El lugar de reunión lo tenemos en el aparcamiento del refugio de Son Amer, cerca del Monasterio de Lluc. La idea era saber cuantos iríamos de excursión para ir al lugar de salida con el menor número de coches, evitando posibles problemas de aparcamiento. Además al no coincidir la salida con la llegada, obliga a mover los coches. El día está nublado y desde la llegada al refugio cae una fina llovizna que no nos abandonará, a veces más a veces menos, durante casi toda la excursión.
Nos juntamos 24 personas (incluyendo un niño) y en marcha neutralizada, por segunda excursión consecutiva, nos acercamos al lugar, esta vez sí, de salida y esperamos mientras los conductores dejan los coches en el lugar de llegada y vuelven.
Iniciamos la excursión en el camino de entrada a las casas de Femenia Vell en la carretera de Lluc a Pollença. Poco después de las 09:30 atravesamos el portillo de entrada al pie de la carretera aprovechando la entrada de un coche de la posesión, lo que nos evita pasar por el 'botador' que hay a la izquierda.
El camino que seguimos es ancho y discurre por terrenos de olivar. Frente a nosotros destaca la silueta del Puig Ciuró, a modo de verruga en la parte oriental del Puig Caragoler de Femenia. Muy poco a poco vamos ascendiendo y acercándonos a las casas de Femenia Nou, primero, y Femenia Vell después. Poco antes de llegar a esta última dejamos a la izquierda la Font de Femenia. Junto a las casas de Femenia Vell hay un corral con animales domésticos, entre ellos unos cabritillos que, aunque no sea correcto decirlo, estaban muy pero que muy apetecibles. Un poco mas arriba nos detiene la marcha un rebaño de ovejas que se dirige a unos comederos.
A partir de aquí el camino sigue siendo ancho pero se hace más pedregoso y empinado. Frente a nosotros ya vemos el Coll Ciuró, entre el Puig Caragoler y el Puig de ses Moles. A la derecha del camino tenemos una franja de terreno quemado de carrizo de unos 15 a 20 metros de ancho. Aún se nota un poco de olor a quemado por lo que es una quema reciente. Más o menos a mitad de camino entre las casas de Femenia Vell y el Coll Ciuró se encuentra la Font d'en Quelota, una fea construcción de tochos con aspecto de 'mina'. En su interior una pica donde recoger el agua y una serie de grifos y tuberías para canalizarla. Por suerte, un grifo exterior, funcional, permite llenar la cantimplora en caso de necesidad.
Seguimos subiendo en dirección al collado. A nuestra derecha vemos, abajo, uno de los embalses del Torrent de ses Comes que se utilizan para regar los cultivos de Mortitx. También se ve un trozo del camino cementado que va de Mortitx a Ses Basses y que recorreremos al final de la excursión. Más lejos, entre la neblina, se intuye el surco del Torrent de Mortitx y al fondo, la silueta del Puig Gros de Ternelles que cierra el valle de Ariant. Quince minutos después de la Font d'en Quelota llegamos al Coll Ciuró, donde aprovechamos para merendar.
Retomamos la marcha ascendiendo por la ladera occidental del Puig de ses Moles. Un desnivel de 50 metros que subimos, un poco a la mala, en apenas un cuarto de hora. El Puig de ses Moles no tiene una cima definida. Hay varios puntos casi con la misma altura (apenas hay uno o dos metros de diferencia). La que coronamos primero es la más cercana al Coll Ciuró. Sobre una piedra hay un Belén hecho con figuras de barro colocadas por el grupo excursionista de Consell. Desde esta primera cima vamos por el altiplano hacia la cima 'principal', al noreste y a la que llegamos en otros quince minutos y que está coronada con una fita. También en ella hay un Belén de figuras de barro en una vasija del mismo material.
El día nublado y lluvioso que tenemos nos impide ver la panorámica que nos rodea: el mar, las escarpadas laderas de las montañas que nos rodean y pequeños valles y hondonadas donde al haberse acumulado un poco de tierra han servido para poder cultivar. Allí donde se podía, se aprovechaba al máximo para sacer algún rendimiento a esta comarca. La bajada la hacemos más o menos por el mismo sitio de subida. El descenso es más delicado, pues las rocas mojadas hacen comprobar muy bien donde poner las botas para evitar caidas (aunque a veces sin éxito). Al alcanzar los primeros rellanos, giramos en dirección noroeste sin sendero definido pero con alguna que otra fita que sirve para que Jesús nos vaya guiando a todos. Tenemos que rodear por la izquierda el altiplano que tenemos delante y, siempre en descenso, llegar a los pies de un pequeño acantilado. Un poco mas abajo alcanzamos otra 'senda fitada' (por denominarlo de algún modo) que nos llega por nuestra izquierda. La senda, hacia la derecha, continúa hacia Ses Basses de Mortitx. Seguimos esta senda un tramo para, poco después, desviarnos a la derecha, en dirección noreste, subiendo por una canal estrecha. El motivo es evitar un área protegida en esta época del año a causa de la cría de los buitres negros que anidan por esa zona. Al igual que antes, el camino no es tal, y sólo las fitas nos van indicando por donde ir. En un momento dado, a la izquierda de nuestro camino, unas rocas han habilitado una especie de refugio, que podría recordar al que hay en la cima del Puig de n'Alí. En poco tiempo llegamos al Camí de ses Basses, ancho y cementado, y que, salvo algún desvío, no dejaremos hasta el final de la excursión.
El primer desvío lo hacemos para visitar la Font Blanca, que está a la derecha del camino a los pies de una enorme roca que se distingue detrás de unos chopos. Chopos que causan la admiración de todos por lo grandes que son. No tanto por su altura, quebrada en vete a saber cuantas ocasiones por tormentas y vendavales, si no por el grosor de sus troncos. A la fuente se llega por un senderillo enfangado más o menos bien marcado que asciende entre los chopos. Bajo la gran roca, una pequeña pared de piedra con una abertura separa una estancia amplia aunque de techo bajo. El agua recorre la estancia y, ya fuera de ella, se dirigía hacia una pequeña pileta. Actualmente, sin embargo, la tierra y hojarasca impiden que ésta se llene y el agua se pierde por la ladera.
Retornamos al camino y tres minutos después lo volvemos a dejar, ésta vez por la izquierda, siguiendo un camino ancho que conduce al refugio de Lavanor al que llegamos en otros dos minutos. El refugio es una antigua caseta restaurada con un porche donde nos cobijamos de la lluvia. Está cerrado y sólo se abre en caso de aviso según indican los carteles. Aprovechamos esta parada para comer y descansar un poco.
Después de comer volvemos al camino de Ses Basses en dirección a Mortitx. El camino va en descenso, suave al principio y más acusado después cuando llegamos al mas bajo de los embalses del torrent de Ses Comes y que veíamos de camino al Coll Ciuró. El agua está transparente y darían ganas, si no fuera por el día, de darse un chapuzón. De fondo se escucha el croar de las ranas.
Seguimos un poco más por el camino y nos desviamos, por tercera y última vez, por otro que sale a mano derecha, bastante empinado, y que conduce al embalse superior. La verdad es que el rincón es fantástico, con las siluetas del Puig de ses Moles y del Puig Caragoler de Femenia reflejándose en el agua transparente.
Bajamos hacia el camino principal y sin ninguna interrupción más y por un camino prácticamente llano llegamos a los viñedos de la finca de Mortitx y poco después a las casas y a la carretera, donde terminamos la excursión.
Apenas han sido 12 kilómetros, y aunque parte de ellos han sido por camino ancho, el resto fue por terreno muy accidentado, que obligaba a tener todos los sentidos en alerta, bien sea para no tropezar o resbalar y para atinar con las 'fitas' para no perderse. Picando en las fotos iréis a los álbumes de fotos y también tenéis la ruta realizada.

CMP Puig de ses Moles - Lavanor


JLT CASES DE FEMENIA NOU I VELL


domingo, 14 de marzo de 2010

Próxima excursión: Cases de Femenia - Puig de ses Moles - L'Havanor - Mortitx

El próximo domingo 21 de marzo haremos la habitual excursión del tercer domingo del mes. Esta vez le corresponde a Jesús Lear guiar al grupo por terrenos que apenas ha tenido presencia y actividad humana ya que la orografía del terreno, muy agreste, no ha permitido cultivar mas que algún que otro rincón. La zona es la de Mortitx y más concretamente el Puig de ses Moles (como accidente geográfico mas representativo).
Como siempre nos reuniremos a las 09:00, esta vez en el aparcamiento del refugio de Son Amer (poco antes de llegar a Lluc). Allí nos agruparemos y distribuiremos en el menor número de coches para continuar hacia el punto de inicio de la excursión: las casas de Femenia Nou. El motivo es que no hay mucho sitio para aparcar en ese sitio.
Si el tiempo acompaña, puede ser una excursión fantástica. Eso si, algo dura.
Todos estáis invitados.


Ver Refugio de Son Amer en un mapa más grande

domingo, 21 de febrero de 2010

Artà: S'Alqueria Vella - Es Verger - Aubarca

Si bien el lugar de reunión era el campo de fútbol de Artà, el inicio de la excursión lo tenemos a las afueras de esta población, en el aparcamiento del Parc Natural de Llevant. Esperamos unos minutos de cortesía para después dirigimos 20 personas (entre ellas 1 niño) en una especie de 'marcha motorizada y neutralizada' hacia el aparcamiento que está a unos 5 kilómetros de Artà, en un desvío de la carretera que va hacia la ermita de Betlem, en las casas de S'Alqueria Vella. Una monitora del parque nos reparte unos folletos y nos explica un poco las rutas existentes utilizando un panel informativo e informa también de las normas del parque. Prácticamente casi toda la excursión la realizaremos dentro del área protegida y por caminos anchos y bien señalizados lo que será una ventaja en el caso de que, si se confirman las previsiones, se ponga a llover.
Empezamos la excursión subiendo hacia el Coll des Verger por un camino casi recto. A derecha e izquierda tenemos campos de cultivo muy pedregosos y salpicados de olivos. En el collado hay una era de batre y una hermosa vista del valle de Es Verger. El mar y, más allá, la silueta de la isla de Menorca completan el panorama que se ve desde el coll. La bajada es suave, con las paredes de Ses Murades a la derecha y las laderas de Na Pastora a la izquierda. Diez minutos después llegamos a las casas de Es Verger, con la fuente del mismo nombre. Una leyenda borrosa indica en la fuente: "Antiq Ullal de temporada. Font permanent desa 1933". El agua mana con fuerza a causa de las últimas lluvias y el sobrante se pierde por la ladera encharcando el camino. Aprovechamos para merendar en ese tranquilo rincón.
Reanudamos la marcha tras la merienda y seguimos descendiendo en dirección a la finca de Aubarca por el camino del mismo nombre. Algunos pequeños rellanos y bancales se han aprovechado para cultivo de secano y almendros. El terreno no da para más. Las laderas que nos rodean están prácticamente tapizadas por càrritx. La abundancia de incendios en épocas pasadas para la regeneración de pastos para ovejas y cabras ha favorecido el crecimiento de ésta y otras especies rebrotadoras (como el palmito o garballó). También abundan estepa negra, argelagas, ullastres y pinos. Los acantilados de Ses Murades se van acercando y cada vez se parecen mas a paredes inexpugnables de un castillo.
Frente a nosotros, aunque bastante lejos, se ve el Puig de s'Àguila y el Puig des Telègraf o de Son Jaumell con una torre de defensa en su cima. Mirando hacia atrás, hacia el Coll des Verger, destaca el Puig den Pelegrí con una forma de colmillo muy característica. Pasamos junto a un terreno de olivar y poco después entramos en un encinar (que no abunda mucho por esta comarca) con restos de antiguos hornos de cal. Llegamos a un cruce de caminos con señales del GR-222 (el que va de Artà a Lluc). Giramos a la derecha y enseguida llegamos a las casas de Aubarca. Si algo destaca en esta posesión son los sistemas de recogida y de agua: canalones, aljibes, pozos, ... Sorprenden unos arcos entre las dependencias de la posesión, a modo de acueductos, que conducen el agua de un edificio a otro, hacia el aljibe principal. Las dependencias de animales también están bien conservadas así como la antigua tafona (almazara). Una parte de la posesión se ha habilitado como albergue.
Seguimos caminando ahora por el itinerario de Els Horts Vells de Albarca. El camino baja junto a un torrente entre encinas y llega poco después al terreno de cultivo de Els Horts Vells con grandes olivos bien cuidados. El color amarillo de las argelagas nos rodea por todos lados. Frente a nosotros se alza Sa Talaia Moreia (también con una torre de vigilancia y defensa). Momentáneamente salimos de los límites del parque natural mientras bajamos hacia la playa de Sa Font Celada. El terreno se vuelve más arenoso a medida que nos acercamos a la costa. La Font Celada mana casi a nivel del mar. Recorremos la costa en dirección a la playa de s'Arenalet d'Aubarca. Apenas hay flores, pero aquí y allá se ve una pequeña 'margarita' de pétalos blancos y centro rosado. Es la camamil•la de mar o margalideta de mar, una planta que, en todo el mundo, sólo crece en Mallorca y Menorca.
Las casas de s'Arenalet también se han habilitado como refugio. Aprovechamos para hacer un pequeño alto en el camino para reagruparnos. Desde las casas, mirando hacia el este, destaca el islote del Faralló d'Aubarca. También se ve la Torre d'Albarca, en la misma costa. A partir de aquí toca subida, ascendiendo por las laderas del Puig de sa Font en dirección a la Caseta dets Oguers por el camino denominado de s'Esquena Llarga. Abundan los madroños cuyos frutos empiezan a engordar poco a poco, y que curiosamente aún están floreciendo (la época de floración es en otoño). Al llegar a la Caseta dets Oguers (también habilitada como refugio) seguimos un poco mas hasta la fuente del mismo nombre para comer. La fuente consiste en una mina de reciente construcción de unos 10 metros de largo con un pozo interior. El agua llega, canalizada, hasta un gran aljibe cuadrado y cubierto al otro lado del camino.
La última parte de la excursión tendrá como protagonista la lluvia. Al menos hemos podido comer sin problemas. El cielo, hasta el momento cubierto de densas nubes, empieza a descargar agua obligando a ponernos los chubasqueros. Por suerte no es una lluvia muy fuerte y persistente. Continuamos en ascenso hacia el Coll de sa Valma. Frente a nosotros tenemos ahora el Puig de sa Tudossa, con las antenas de telefonía. A nuestra izquierda el Puig des Porrassar con una forma cónica muy característica. El camino de s'Esquena Llarga termina en un camino asfaltado, aunque algo deteriorado, y que tomaremos hacia la izquierda. Es el llamado Camí dels Pressos. Hacia la derecha subiriamos hasta las antenas del Puig de sa Tudossa. Después del Coll de sa Valma descendemos, mayormente por la carretera y un poco por sendero, hasta llegar nuevamente a las casas de s'Alqueria Vella y cerrar el circuito.
En total han sido 20 kilómetros de marcha por el parque natural. Una marcha suave, sin mucho desnivel y por parajes de gran belleza.

CMP S'Alqueria Vella - Es Verger - Aubarca


domingo, 14 de febrero de 2010

Domingo 21 de febrero: Excursión por Artà

La comarca de Artà será el destino de la excursión de Santueri del próximo domingo, recorriendo las tierras de S'Alquería Vella, Es Verger y Aubarca.
Como es habitual la hora de reunión es a las 9 de la mañana y el lugar el campo de fútbol de Artà. Tomeu Garau hará de guía en esta ocasión.
Esperemos que el tiempo acompañe y que las lluvias que estamos teniendo estos días paren durante ese fin de semana y nos dejen disfrutar de la caminata. La excursión, por otra parte, no es muy difícil (2 sobre 4). A ver si nos vemos todos. Hasta el domingo.


Ver Artà en un mapa más grande

domingo, 24 de enero de 2010

Vuelta a Mallorca: Coll de sa Gramola - Estellencs

A las nueve estamos puntuales en el Coll de sa Gramola. Toca mover los coches hasta Estellencs y entre la ida y vuelta de los conductores se harán casi las 10. Mientras esperamos, un grupo de ciclistas prepara el equipo para hacer su excursión y también llegan unos seteros con los paners preparados y con la intención de hacer una buena cosecha.
El día ha amanecido frío, encapotado, sin un resquicio de sol y con una preocupante previsión de lluvia que inquieta a casi todos (menos a Jesús, que con optimismo repite que no va a llover, al menos hasta bien entrada la tarde). Nos hemos juntado 31 (incluyendo un niño). Alguno es la primera vez que viene con el grupo. A la hora de salir, Jaume Salom nos explica un poco el recorrido que haremos, indicando que algún tramo se hará por carretera y que dependiendo de las condiciones meteorológicas y del horario es posible que hagamos alguna variante para evitar que se nos haga de noche.
El primer kilómetro lo hacemos por asfalto hasta el camino que se desvía hacia el Pla d'en Valent. Desde allí iremos hasta los Penyals de s'Evangélica donde merendaremos. Pasamos por al lado de las casas de Can Valent y tomamos un sendero que poco a poco va ascendiendo por las laderas del Puig de s'Evangélica. A nuestra izquierda tenemos el valle de Es Ratjolí en primer lugar y toda la comarca de Ses Basses detrás. Alcanzamos Es Corralot, un pequeño collado que separa el Puig y los Penyals de s'Evangélica. El sendero continúa pero nos desviamos hacia la izquierda, casi campo a través (aunque hay alguna fita), con un objetivo fijado que no es otro que el punto mas alto de esa ladera que tenemos en dirección al mar. La subida es algo lenta, intentando encontrar el mejor acododo para nuestros pies sobre el roquedo que tenemos por suelo. En la cima, en una especie de balcón natural (balcón sin barandilla, por cierto) se domina la costa desde el Cap Fabioler, hasta la Punta de na Foradada, pasando por el Puig Roig y la Punta de sa Llova.
Regresamos hasta la carretera desandando el camino. Una vez en ella toca de nuevo patear un trecho de carretera, aunque esta vez salteado con tramos de sendero a derecha e izquierda, no muy definidos en ocasiones, y que nos ayudan a atajar unas curvas en zig-zag.
Poco antes de llegar a los túneles tomamos a la izquierda el Camí de sa Llova con la intención de bajar hasta la Cala de ses Ortigues. El camino es ancho y cómodo y rápidamente vamos descendiendo. Delante de nosotros la cala adquiere todo el protagonismo, con un mar en calma y un agua transparente. Al pasar por segunda vez el Torrent de sa Llova desaparece el camino y bajamos casi de forma directa hacia la playa donde esperamos un poco para reagruparnos. El tramo siguiente será el más delicado, por no decir peligroso, pues toca costear la cala saltando de piedra de piedra hasta llegar a la altura de la Pedra de sa Galera. Menos mal que el mar está en calma por que si no hubiéramos tenido que regresar otra vez por el mismo camino. Lo peor de este tramo estuvo en un pino caído, atravesado y colocado entre dos rocas. La humedad hacía que estuviera mas resbaladizo que el pino de Pollença y más de uno patinó pensando que era un buen lugar donde colocar el pie. Afortunadamente no hubo que lamentar ninguna desgracia.
El tramo se hace un poco duro obligando a hacer uso de las manos para evitar dar un paso en falso. A la altura de la Pedra de sa Galera hacemos una nueva parada de reagrupamiento. La Pedra de sa Galera es una gran roca a poca distancia de la orilla. En una parte de su contorno, y según desde donde se mire, se intuye el perfil de un rostro humano, y viendo las fotos mientras escribo estas notas, me da la impresión de una mujer sentada con la cabeza girada mirando al mar.
Poco antes de un pequeño escar abandonado parte un sendero poco definido al principio pero que en seguida se convierte en un camino de herradura y que en su momento acondicionaron con escalones y barandilla de cuerda. Por él ascendemos rápidamente y en media hora llegamos al Camí Vell d'Estellencs. Durante la subida vemos frente a nosotros, en lo alto de un cerro, Sa Torre Nova, una antigua torre de vigilancia y defensa.
Una vez llegados al Camí Vell hemos realizado la parte mas dura de la excursión. Sigue sin llover, cosa que es de agradecer. A partir de aquí el recorrido será mas suave a ratos por camino y a ratos por carretera. El camino va paralelo a ésta que tenemos a nuestra derecha. El momento cómico de la jornada llega cuando en el desvío hacia Sa Torre Nova encontramos un semáforo adosado al margen del camino y nos reímos con la ocurrencia de quien lo puso ahí. Más adelante, a la altura del Pla des Vicari, vemos a la izquierda la vaguada encajonada del Torrent des Quer y, al fondo, los islotes de Es Faraions. Vamos ahora ascendiendo y el entorno cambia del matorral de brezo y romero con pinos a un encinar húmedo con un tupido sotobosque. Poco antes de llegar al vado del Torrent des Quer, en un desvío que hace el camino a la derecha, hacemos la parada para la comida. Cuando acabamos parece que quieren empezar a caer algo de lluvia, aunque no deja de ser un muy ligero chirimiri. El tiempo aguanta y aguantará durante todo lo que queda del día.
Retomamos la marcha y al poco llegamos a la carretera. Por desgracia no podemos atajar por las casas de Es Grau al ser propiedad privada lo que nos obliga a andar unos tres kilómetros por carretera. El restaurante y el Mirador de Ricard Roca nos salen al encuentro. Seguimos un poco mas por carretera, pasando por el túnel del mirador y unos 600 mas adelante nos desviamos por un sendero a la izquierda por el talud de la carretera. Un corto descenso nos deja de nuevo en el Camí Vell que tomamos a la izquierda y después de tres curvas cerradas tomar de nuevo la dirección hacia Estellencs. La idea inicial era desviarse por el Torrent des Gorgs hacia Cas Xocolater para desde allí tomar un camino de carro hasta Estellencs, pero la bajada por el torrente, al estar las rocas mojadas y siempre teniendo en cuenta la probabilidad de lluvia, podía ser peligrosa, por lo que se desistió de esa ruta inicialmente prevista.
El camino, al igual que antes, no presenta dificultad. De nuevo llegamos a la carretera poco antes del Coll des Pi, donde se encuentra la gasolinera (ahora abandonada por cierre de negocio). Poco después tenemos una primera panorámica de Estellencs desde la carretera y un poco mas adelante, a la izquierda, un camino asfaltado y que forma parte del GR221 nos conduce sin pérdida hasta el pueblo, final de la excursión.
Han sido poco mas de 20 kilómetros por una de las zonas, para mí, poco conocidas de Mallorca. Y lo que es más importante, sin lluvia que nos impidiera disfrutar de la caminata.

CMP Del Coll de sa Gramola a Estellencs