domingo, 18 de marzo de 2018

Pas de sa Romana - Morro de Cúber

Son las 9 de la mañana en el Embalse de Cúber. El día no está muy apacible. Está cubierto y hace algo de frío. Para no estar mucho tiempo parados empezamos la excursión cuando apenas han pasado 10 minutos de la hora indicada. Pasamos el portillo de entrada hacia el embalse y caminamos en dirección a la presa. Si bien no están al completo, ver los embalses con tanta agua, en comparación con el nivel que tenían hace unos meses, alegra la vista. Poco antes de llegar a la presa Jesús recibe una llamada de unos que se han presentado a ultima hora. Les dice que les esperaremos en la presa del embalse. Al poco tiempo llegan por lo que seremos 19 (menores incluidos) los que haremos la excursión. Un servidor será el guía.
Mientras esperamos nos damos cuenta de lo que nos espera por allá arriba. Frio y viento. El termómetro del coche marcaba 7 grados, pero con el viento la sensación de frío es mayor. Se agradece el sol cuando le da por asomar un poco, pero es tan escaso el tiempo que brilla.
Una vez reunidos, giramos a la izquierda antes de alcanzar la presa, bajando por el sendero que desciende por el Torrent d'Almadrà. Pero al poco tiempo, pasada una gran roca en medio del camino, giramos a la izquierda ladera arriba y fora camí. La pendiente es muy pronunciada y en seguida se estira el grupo. Jesús sube un poco demasiado deprisa teniendo que hacer una parada para coger aire (y tranquilizar el corazón). La subida se prolonga casi hasta la altura de una hiedra que trepa en la pared que tenemos enfrente. Pero no hay que alcanzarla. En una especie de marge, hay que girar a la derecha. La idea es rodear la montaña dejándola a la izquierda. Hay fites que marcan el trayecto a seguir. Tras el giro hacemos un poco de descenso abrupto y un poco de llano y en un pequeño escalón que forma la ladera alcanzamos el Pas de sa Romana (el brazo metálico de una romana está clavado literalmente en la piedra y parece que era utilizado como soporte de un vallado). Resulta curioso encontrar esta otra utilidad a este instrumento.
Tras el paso seguimos los hitos de piedras como únicos elementos de orientación. No hay sendero. No hay marcas de pintura (antes hemos visto alguna flecha que otra). Todo es ir andando y saltando entre rocas. Vamos más o menos llaneando sin subir ni bajar mucho desnivel hasta que llegamos a un canchal. Ahí tenemos que remontarlo por la derecha llegando hasta la altura de una encina donde aprovechamos para descansar y almorzar. Hemos estado andando casi hora y media.
Mientras merendamos notamos el viento y el frio que hace. El árbol no es que tape mucho así que apenas un cuarto de hora después retomamos la marcha. Dejamos el canchal a la espalda y subimos hacia la arista que hay a la derecha (dirección este). Allí volvemos a llanear (más o menos). Iba todo tan bien cuando, en un poco de ascenso para salvar una pequeña arista, Martí pisa en una roca que cedió al peso y se vino abajo. Martí fue detrás de ella rodando por la ladera. Menos mal que paró enseguida, pues de seguir rodando no se lo que hubiera podido suceder. Al final el accidente se saldó con una abrasión en la frente y dolores en el brazo y la mano. Estamos un rato con el curándole la herida y animándole un poco del susto sufrido. Al poco reemprendemos la marcha con la lección aprendida; en la montaña no hay que bajar la guardia en ningún momento. Por suerte sólo fue un mal trago.
Seguimos adelante siguiendo las fites hasta que llega un punto en el que dejan de verse. O me he despistado o se han cansado de poner. Menos mal del GPS que me indica que me he pasado un poco de la ruta, así que ahora toca subir (dirección norte). Igualmente hubiéramos hecho lo mismo de seguir el trazado correcto. La ladera es empinada pero ofrece buen agarre y hay escalones naturales que permiten ir subiendo poco a poco. El caso es ascender buscando la manera mas fácil. Son 50 metros de fuerte desnivel pero que luego se suavizan bastante. La cima está delante de nosotros y llegamos a ella tras recorrer un poco la arista cimal hacia la derecha. Apenas hay nada que la destaque incluso es mas baja que otra cima que tenemos al noreste y que no tiene nombre. Son las 11:45 y me da la impresión de que vamos con retraso. Casi tres horas en hacer este tramo, pero entre unas cosas y otras (hemos hecho dos paradas extra) es normal. No hay problema. Luego será todo mas fácil.
Vemos hacia el sur las moles del Puig de s'Alcadena y Puig d'Alaró, delante la Serra d'Amós y al fondo, fondo el archipiélago de Cabrera. Vemos también el sendero GR que desciende (o asciende) por la Coma des Ases y por el noreste las cimas del Puig de sa Font y Sa Torreta. El Puig Major y el embalse de Cúber dominan gran parte del paisaje y a nuestra espalda (suroeste) se ve la cima de Sa Rateta.
Pasamos rápidamente por la cima y vamos siguiendo la arista en dirección noreste hacia el otro pico al que no subimos sino que lo rodeamos por la derecha y en poco tiempo llegamos, media hora después, al Coll de sa Coma des Ases. Martí está bien y quiere seguir. Este tramo ha ido sin mochila (gracias Gabriel) y aún irá un poco más sin ella. Pero la parte dura ya está hecha. Ahora parecerá que corremos aunque veamos mucha distancia. Desde el collado vemos el siguiente punto a alcanzar que es la base del Puig de sa Font, donde hay una especie de rampa que rodea la cima por la izquierda. Antes sortearemos una cima rocosa (también sin nombre) que tenemos justo delante. Se puede ir cresteando, pero la rodearemos para hacerla un poco mas llevadera. Tras rodearla y andar un trecho por una ladera de càrritx llegamos a la base del puig donde esperamos un poco para agruparnos. Pasamos por esa rampa que veíamos a lo lejos y que nos coloca casi en la cima. Hemos tardado casi una hora desde el collado anterior. No hace falta subir a la cima (ya se empieza a notar el cansancio y hay que ahorrar fuerzas) para ver mas cumbres que nos rodean. Vemos ahora el Puig de Massanella y Puig de Galileu, el embalse del Gorg Blau y cerca de nosotros el Puig de Tossals Verds y el Morro d'Almallutx (último ascenso a realizar).
Desde nuestra posición el Morro de Almallutx parece mas lejos de lo que realmente está, pero es un paseo cómodo primeramente en descenso por la arista en dirección este, atravesamos el amplio collado que nos separa de nuestro objetivo, con carrizo y pinos sueltos y nos plantamos en la base de una cima secundaria al oeste de la principal. Nos toca hacer ahora una corta pero empinada subida hacia dicha cima secundaria para luego ir por la cresta en dirección este. No recordaba que hay como dos cimas principales. Al llegar a la primera pensamos que ya no había que subir mas hasta que vemos la otra, que si bien no es nada en comparación a lo que hemos hecho ya vamos bastante tocados (y unos mas que otros). Pero... que ya está todo hecho y luego SI que será todo bajada (¿verdad Yolanda?). Hacemos esa última 'ascensión' y llegamos al Morro de Almallutx, donde no estamos ni cinco minutos. Hace mucho viento y frío y no podemos quedarnos parados mucho tiempo, ni siquiera para hacer la foto de grupo. Así que bajamos siguiendo fites ladera abajo en dirección al collado que nos separa del Puig de Tossals Verds, al que llegamos en algo más de una hora desde el Puig de sa Font. Al lado de la caseta de nevaters y del pou de neu comemos y descansamos un poco al abrigo del aire.
Tras la parada queda un cómodo descenso hacia el Coll des Coloms (dirección este), donde enlazamos con el GR. Vamos hacia la izquierda hasta enlazar con el canal de trasvase del Gorg Blau a Cúber y ya, por camino llano, llegar a los coches pocos minutos después de las cuatro de la tarde. Parece que la excursión ha gustado y aunque cansados, que lo estamos todos, se les ve contentos. Han sido unos 10 kilómetros de buen andar y no siempre por terreno cómodo.

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En este enlace podéis ver fotos de la excursión.
Y en este otro enlace otras fotos.