domingo, 18 de febrero de 2018

Puig des Vent

La idea era quedar en los alrededores del campo de fútbol de Valldemossa, como otras veces, pero Tià (nuestro guía hoy) un par de días antes avisó que mejor quedar en el inicio del camino de Es Cairats, evitando el tramo asfaltado. Por tanto allí estamos a las 9:00. Algunos sí que fueron al campo de fútbol por lo que tuvimos que esperar un poco, pero 10 minutos después de la hora fijada iniciamos la excursión los 27 (6 niños incluidos) que nos hemos juntado.
Tomamos el Camí des Cairats que discurre por el fondo de la coma del mismo nombre y que corresponde a un tramo del GR221. Ascendemos poco a poco con el bosque a nuestra izquierda y olivar a la derecha. Al cabo de un rato pasamos por la caseta en ruinas de los antiguos depósitos de la Font de na Ropit. Aún la pendiente es suave; poco a poco se irá acentuando. Unos minutos después llegamos al inicio de la finca pública de Son Moragues. Un portillo de madera y un panel indicador (que ya no tiene nada de panel) así nos lo hace saber. Allí nos desviamos del ancho camino y vamos a la izquierda por una senda que pasa al lado de una bassa y continúa hasta un forn de calç. Tià explica un poco a los jóvenes para qué servían esas estructuras de piedra, así como otros oficios de antaño. Seguimos prácticamente por el lecho del torrente para desviarnos poco después ladera arriba por la izquierda. Seguimos un sendero bastante definido marcado de tanto en tanto con fites y puntos de pintura roja. Hacemos unos cuantos zig-zags remontando la ladera del Puig des Boixos. Una hora mas o menos después de la partida, paramos a merendar.
Retomamos la marcha 20 minutos después. De nuevo entramos en calor en contraste con el frío que hace alrededor. Ha caído un poco de agua pero no podemos decir que haya llovido. El camino no es incómodo a pesar del carrizo y poco a poco llegamos a la altura del Pas de sa Creu. Allí el camino que encontramos es mas ancho y siguiéndolo hacia la derecha llegamos a una sitja y Tià nos indica que hemos llegado al Racó Perdut. Este último tramo ha tenido unas vistas muy majas hacia la vaguada de Es Cairats.
El guía nos dice que se acaba el camino y hay que ascender, no se puede decir trepar, ladera arriba por donde buenamente se pueda, mas o menos en dirección noreste. Así con este ultimo esfuerzo llegamos nuevamente al GR221. No llega a la hora de camino desde la parada de la merienda y se puede decir que lo mas duro ha pasado. Lo que queda de subida casi no se puede considerar como tal.
Seguimos por el GR221 girando a la izquierda y al poco tiempo nos desviamos a la derecha por una senda que nos adentra en el Pla de Mala Garba (también conocido como Pla de sa Serp). Aparte de un pequeño repecho el camino es casi plano. Por otra parte poco a poco vamos siendo rodeados por la niebla que cada vez se hará mas espesa de tal forma que apenas vemos bien a 100 m. Pasamos por al lado de una era y hacemos la foto de grupo y un poco mas adelante llegamos, y porque nos dicen que es eso, al Puig des Vent. Apenas estamos 5 minutos. No hace falta estar mas tiempo pues la niebla impide ver nada. Regresamos por el mismo camino hasta llegar al GR nuevamente. Desde el Racó Perdut hemos hecho el recorrido en una hora y tres cuartos.
En el GR giramos a la derecha. Al poco giramos hacia el oeste y remontamos la cuestecilla hacia el Puig Gros. Seguimos apenas sin vistas a causa de la niebla, pero poco a poco irá despejándose. Bajando del Puig Gros nos desviamos hacia la Cova de s'Aigo donde aprovecharemos para comer. Es un poco pronto pero al estar a resguardo del aire se está bastante bien.
Volvemos al camino y entramos en la zona del Pla des Aritges. Dejamos el Camí de s'Arxiduc a la derecha y seguimos suroeste en dirección al Mirador de ses Basses. Pero bastante antes de llegar nos indica Tià la bajada por la Canal d'en Gordo. Una vaguada que tenemos a la izquierda. Así que casi casi en dirección sur vamos bajando como buenamente puede cada uno. A la media hora de bajada cruzamos un sendero bastante definido, pero seguimos canal abajo y un cuarto de hora mas tarde llegamos a un pequeño salto: una pared de piedra seca que hay que destrepar, bien sea por la propia pared o por un paso a la derecha. Ya nos avisó que había una sorpresa casi al final. Una vez hecho esto llegamos 5 minutos después al Camí des Cairats. Solo queda desandar el camino de la mañana hasta llegar a los coches.
Una nueva ruta desconocida para muchos y muy amena. Lástima de la niebla que nos ha impedido disfrutar de bellos paisajes. Otra vez será.

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En este enlace podéis ver fotos de la excursión.