Este año no parece que vaya a repetirse, no sabemos si por suerte o por desgracia, así que preparados para una dura caminata a las nueve estamos ya casi preparados en el Coll de sa Batalla. Un cafetito en el bar y ponemos rumbo en coches hacia la urbanización de Son Maçip, que es donde empezaremos a andar. Pero... en ese momento un autobús invade el sitio donde pensábamos dejar uno de los coches (con la idea de, al finalizar la excursión, poder recuperar los que dejamos en Son Maçip). Así que tenemos que esperar unos 5 minutos a que bajen un autocar de personas y a los que oímos que también van a subir al Massanella.
Liberado el sitio y aparcado el choche, recorremos en los otros los tres kilómetros de carretera que nos separan de la urbanización. Esta jugada nos ahorra unos kilómetros y una hora y media de caminata; el año pasado empezamos en Lluc.
Dejamos los coches al lado del camino de tierra que sube hacia el Galileu. Somos 19 los que nos hemos reunido y empezamos la marcha cruzando una barrera por un botador. Son las 9:30 de la mañana. El camino es ancho y en poco tiempo alcanzamos la ruta tradicional del GR y que seguiremos durante un buen trecho. La subida es buena de hacer, sin fatigas, siempre y cuando no fuerces el ritmo. En poco tiempo llegamos a la casa o pozo de nieve de Son Maçip, la primera por la que pasaremos, y al inicio del restaurado camí de nevaters. Aquí la pendiente se acentúa y ya cuesta un poco mas ascender por el camino empedrado. Casi ya al final de la subida unos miradores naturales nos dejan ver el paisaje hacia el norte: el Puig Roig, el Puig des Caragoler de Femenía, Ternelles, el Clot d'Aubarca, algo del monasterio de Lluc y el Puig Roig. El cielo en esta parte de la montaña está despejado y nos dejan disfrutar del paisaje. Un poco mas de ascensión y llegamos al altiplano de las casas de nieve del Galileu, recientemente reconstruidas, tanto casa como pozo de nieve. Aquí paramos a merendar y descansar un poco al sol. Media hora después, a las once, retomamos la marcha. El año pasado hicimos el camino tradicional por el GR. Para cambiar un poco, esta vez iremos por la izquierda de las casas (sureste) subiendo por una ladera algo empinada con las paredes del acantilado a la derecha. Se ve algún resto de camino pero no mucho. Hay que ir siempre más o menos pegado a la pared y casi arriba girar hacia la derecha hasta alcanzar otro pequeño altiplano casi en la cima de la Mola del Galileu a la que llegamos en seguida (a las once y cuarto). La cima de la Mola del Galileu es, o eso dicen los planos, un metro mas alta que el Puig de Galileu que vemos o intuimos hacia el este.
Aquí las condiciones han cambiado. Parece mentira pero en poco tiempo el cielo se ha cubierto de nubes y apenas podemos ver nada mirando hacia el sur. De hecho, la Serra des Teixos, que está hacia el suroeste y el Puig de Massanella que está detrás de ella, no se ven. Vemos abajo el Coll des Telègraf hacia donde tenemos que ir para retomar nuevamente el GR. La bajada está más o menos señalada con hitos, pero no hay pérdida posible y solo hay que coger el camino mas fácil. En media hora llegamos desde las casas de nieve del Galileu. Al atajar por la Mola, nos hemos ahorrado nuevamente un buen trecho.
En el collado tenemos nuevos pozos de nieve a derecha e izquierda. Seguimos por el GR en ascenso nuevamente por la ladera de la Serra des Teixos pasando por un nuevo pozo de nieve a la derecha y atravesando una grieta en la roca que nos deja en el Coll des Prat. La niebla nos rodea por todos lados y aunque no es muy espesa nos deja sin poder ver nada poco mas allá de unas decenas de metros. Ni siquiera distinguimos la pared norte del Massanella que tenemos al sur.
Bajamos por el GR en dirección a la Font des Prat pero poco después de un zig-zag, hay un senderillo a la izquierda que se desvía del camino principal y recorre más o menos a nivel la ladera del Puig que tenemos a la izquierda. Paramos de vez en cuando para ir agrupados aunque el sendero está bastante marcado. Sin darnos cuenta por la niebla nos vamos acercando a la base del espolón suroeste que termina en el Coll de n'Argentó que es el que separa el Massanella del Puig de ses Bassetes. Hay que ascender por unas peñas pegadas a la pared y terminar en una especie de plataforma o balcón donde en condiciones de buen tiempo puedes disfrutar de la vista de la sierra y del llano de Mallorca, pero hoy no hay forma de ver nada. La idea de la excursión era subir al Puig de ses Bassetes que tenemos a nuestro suroeste, pero desistimos ya que no merece la pena alargar una hora la excursión en estas condiciones. Es una lástima, pues dicho Puig está eclipsado por su hermano mayor y pocos son los que suben a el y Santueri no tiene o no recuerdo que tenga dicha cima entre las realizadas. Para ir a el desde donde estamos, solo hay que bajar al collado y ascender la ladera sin un camino definido hasta llegar a la cima donde hay los restos de un Belén y un libro de firmas. Lo dejaremos para otra vez.
Desde donde estamos y dando la espalda al collado, miramos la pared que tenemos de frente por donde sube un senderillo antiguamente marcado con puntos grises o azules que se intentaros borrar picando la piedra, pero que aún se ven y marcan el camino. La subida es corta pero intensa especialmente en el primer tramo donde podemos ayudarnos sin ningún reparo de las manos para superar algún repecho. De todas formas no es complicada y con un poco de intuición se puede seguir bien. Superado el primer tramo el sendero gira hacia la derecha para volver a girar a la izquierda y realizar la última subida algo mas suave y que termina en el altiplano del Massanella. Un montón de piedras puestas a modo de hito nos indica que hemos terminado de subir, así que esperamos a los demás para agruparnos. Hemos hecho este tramo en apenas veinte minutos. Hacia el noreste tenemos el Massanella, pero seguimos igual que antes, sin ver nada de nada poco mas allá de unos metros.
Llegar al Massanella no sería mas que un paseo desde donde estamos, pero con la niebla no hay que fiarse. En principio no hay problemas, pues a la izquierda tenemos el acantilado norte que nos marca el límite y siempre se puede tomar como guía. También, gracias a las nuevas tecnologías, el GPS nos van guiando para no alejarnos del sendero que mal o bien vamos siguiendo. Al final un nuevo pero pequeño ascenso nos deja en la cima del Puig de Massanella, a la que llegamos a la una y donde nos hacemos las fotos de rigor. La idea era comer aquí mismo, pero al haber acortado la excursión (hubieramos llegado una hora mas tarde si vamos y volvemos al Puig de ses Bassetes) decidimos continuar y comer en la Font de s'Avenc. Bajamos siguiendo un tramo del camino que hemos hecho para desviarnos luego a la izquierda (sureste) por el camino tradicional de subida del Massanella. De vez en cuando encontramos alguna mancha de nieve que es recibida con gran júbilo montándose pequeñas batallas de bolas de nieve. En la bajada hay que fijarse en el desvío hacia la fuente marcada por un mojón colocado hace años por el Fomento del Turismo, pero la niebla sigue cubriendo todo y no lo vemos (está un poco separado del camino), por lo que retrocedemos un poco y nos desviamos hacia la derecha hasta encontrarlo. El camino que seguíamos continúa por el Pla de sa Neu. Es el camino mas transitado para la subida a este puig. El que nosotros seguiremos se juntará con el mas adelante.
Este tramo que nos queda en un poco complicado pues es algo empinado y en el último tramo (ya cerca de la fuente) hay que pasar por una zona de lapiaz con alguna grieta delicada. Pero se hace sin ninguna incidencia que remarcar. Por delante oímos voces, suponemos que en la pequeña explanada de la fuente y confirmamos la presencia de gente al llegar a ella. Es el grupo que encontramos en el Coll de sa Batalla y que bajaban del autocar. Están acabando de comer y comer es lo que vamos a hacer. Son casi las dos y es buena hora para hacerlo. Hemos bajado bastante y la niebla ha quedado atrás y podemos ver algo de las laderas del Puig de n'Ali y de sus acompañantes: Puig d'en Grau y Puig de sa Fita. La fuente, como su nombre indica, está en un pequeño avenc con escalones para llegar a su fondo donde unas piletas recogen el agua que se va filtrando por la roca.
Estamos casi una hora comiendo. La excursión va acabando y parte de las conversaciones tratan de lo que nos espera al final, con el peaje que se ha vuelto a poner a la entrada/salida de Comafreda. Unos están a favor, otros en contra, pero lo que se está viendo es lo que se ve por todos lados ahora mismo. Antes había cosas que eran gratis, también a algunos nos daban cesta de Navidad, si había suerte en el trabajo te pagaban incentivos, ... Ahora todo eso se ha perdido y en muchos sitios hacen pagar por algo que antes era gratis. En este caso también está la legalidad o no. ¿Es legal o no? Se supone que ha de serlo, pues si no lo fuera ya lo habrían denunciado. De todas formas, ya veremos qué nos encontramos cuando lleguemos.
Reemprendemos la marcha. Una compañera necesita un remiendo en las botas cosa que hace Simó con un poco de cinta americana. Buen invento este de la cinta, parece que sirve para todo, tanto para un roto como para un descosido. Y no es la primera vez que Simó hace uso de este remiendo. Es bueno vigilar las botas para evitar problemas de este tipo. En la montaña, y mientras andemos con los pies, es vital. El sendero ya no hace tanto desnivel y se anda con facilidad. El terreno pelado que teníamos se va poblando poco a poco de encinas hasta entrar de lleno en el bosque del Massanella. Encontramos un nuevo mojón del Fomento del Turismo que es donde se juntan los caminos que van al Pla de sa Neu y a la fuente. Seguimos bajando por un claro sendero haciendo continuos zig-zags y en poco tiempo llegamos al Coll de sa Linia al que llegamos a las tres y media. Esperamos un poco a agruparnos y hacemos el último tramo de la excursión. Dos de nosotros, que también hacen de guía en otro grupo excursionista (Mitja Horeta Tres Quarts) nos dejan para reconocer un poco el terreno del Pas de n'Arbona y bajar por Sa Cometa Negra al camino viejo de Lluc, donde esperarán a otro de sus compañeros que seguirá con nosotros. El Pas de n'Arbona separa el Puig de n'Ali del Puig d'en Grau y hace algún tiempo Santueri ya lo recorrió. Continuamos la bajada llegando a los terrenos de cultivo de las casas de Comafreda que dejamos a la izquierda. Atrás dejamos Es Frontó del Massanella, el Puig de n'Ali, el Puig d'en Grau y tenemos a nuestra derecha el Puig Caragoler. Llegamos al punto crítico de la barrera de peaje y allí está el 'guardia' que nos pide, por ser un grupo, 3 euros por persona. Habría mucho que discutir, pero no creo que este sea el lugar para hacerlo. Como dije antes algunos de nosotros están a favor, otros en contra. Personalmente yo estoy en contra, pero hay que tener todas las cartas en la mano para poder jugar y ganar. Si alguien quiere subir y bajar del Massanella sin pagar se puede hacer por donde hemos subido, y nadie, de momento, te pedirá ni un euro. Y seguro que hay otros caminos, como el que han hecho los dos compañeros antes por el Coll de n'Arbona, por los que se puede subir. Costarán mas esfuerzo pero menos dinero. Nosotros pagamos y terminamos la excursión en el Coll de sa Batalla, a eso de las cuatro y media, donde mientras la mayoría empieza a tomar su café o su cerveza, los conductores van en busca de los coches que dejamos en Son Maçip al inicio de la excursión.
Han sido poco mas de 13 kilómetros, por desgracia muchos de ellos con una niebla bastante espesa que nos ha impedido disfrutar de las bellas vistas que se tienen desde una de las alturas mas importantes de Mallorca. Para otra vez será, pero aquellos a los que nos gusta andar por la montaña, lo disfrutamos casi tanto como si estuviera despejado. Y al no haber ocurrido ningún percance, mejor que mejor.
De CMP Puig de Massanella |
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