Empezamos la excursión a eso de las 09:15 bajando un poco por la carretera en dirección a Sóller. Son apenas 150 metros. En seguida nos salimos de ella hacia la izquierda bajando por la pendiente en busca de un sendero poco definido. Giramos de nuevo a la izquierda pasando al pie del terraplén de la boca del túnel. Estamos en el lado norte de la Serra. Las rocas están mojadas. Lourdes resbala en una de ellas y cae dándose un pequeño golpe en la cabeza. Por suerte no pasa nada, solo el susto. Reanudamos la marcha andando con mucho cuidado. Al final encontramos un camino que se va haciendo mas indefinido y al final se pierde. Yo me estoy peleando con la cámara de fotos pues no consigo hacer ninguna. Al final cambio de tarjeta y parece que esa sí funciona. A nuestra derecha tenemos el Puig de sa Bassa y por detrás el majestuoso Penyal des Migdia. Delante ya se vislumbra un poco del Puig des Xaragall de sa Camomil·la. Encontramos un sendero muy desdibujado por el que ascendemos en dirección sur hacia un collado a la izquierda del pico. Aunque hace fresco el ascenso hace sudar y empezamos a quitarnos parte de la ropa: chaquetas, jerséis gruesos. La subida es corta pero intensa hasta que llegamos al collado atravesado por una pared medianera. A nuestra derecha tenemos el Puig, uno de los que superan la cota de 1000 metros, y aunque en un principio la intención no era subir a el, como su cima está soleada y parece un buen sitio para merendar, en 10 minutos nos plantamos en ella para disfrutar de las vistas y reponer fuerzas. Son casi las once de la mañana.
Desde la cima divisamos prácticamente todo el valle de Sóller así como las montañas que lo rodean. No podemos tener un mejor mirador mientras descansamos y merendamos. Ante nosotros, a un par de centenares de metros hacia el suroeste, tenemos el Penyal Xapat, desafiando la gravedad. En la misma dirección pero mas al fondo vemos el macizo del Puig des Teix; mas acá el pueblo de Sóller y el Port de Sóller, el Puig de sa Bassa, la Torre de na Seca y las laderas de la Muntanya de Montcaire y Puig de s'Alzinar como contrafuertes del Penyal de Migdia y Puig Major que tenemos al noreste. A nuestra espalda tenemos la Serra de Son Torrella que cruzaremos tras la merienda.
En la cima a pesar del sol hace fresco y tenemos que abrigarnos. Esta será la tónica general de la excursión, que la podríamos definir como la 'excursión de la cebolla' por eso de quitar y poner capas de ropa. Ahora está tapado, me pongo capa; ahora tengo que ascender, me quito capa; ahora pega el viento, me pongo capa; y así continuamente.
A eso de las once y cuarto bajamos del Puig des Xaragall de sa Camomil·la. El pequeño altiplano que hay entre el y la Serra de Son Torrella está blanco por la escarcha. El sol no ha pasado sobre la muralla de esa sierra y el suelo y algunas plantas tienen una pequeña capa de hielo. Atravesamos el altiplano en dirección sur y al llegar al pie de las rocas, giramos a la izquierda por una suave pendiente que nos deja en la cresta. Allí nos cruzamos con otro grupo de excursionistas. Y allí podemos disfrutar de lo que antes nos estaba oculto. Aparte del Puig Mayor y del Penyal des Migdía, tenemos ahora también el Puig de ses Vinyes, Puig des Galileu, Puig de Massanella, Morro d'Almallutx, Puig des Tossals Verds, Sa Rateta, Na Franqueza y, nuestro siguiente destino, Puig de l'Ofre. Ante nosotros la Serra de Cúber y la Coma de Son Torrella hacia la que bajamos, en dirección sureste, buscando el mejor camino entre el lapiaz. Llegamos a la vaguada en apenas tres cuartos de hora tras el descanso de la merienda.
En la vaguada hay un camino ancho que recorremos en dirección suroeste hasta llegar a la altura del Portell de sa Costa, por el que bajaríamos hacia Fornalutx. Nosotros vamos hacia el otro lado, hacia el Coll de l'Ofre, siguiendo un sendero bien definido. Adrián y Mateo se asoman a ver si hay algún sendero que pueda ir hacia el collado sin tener que remontar la ladera, pero el sendero desciende mucho, hacia la Font des Verger. Es posible que haya algún paso, pero esta vez lo hacemos por el camino tradicional, llegando al Coll de l'Ofre una hora y cuarto después de llegar a la Coma de Son Torrella.
Recorremos el camino ancho que rodea el Puig de l'Ofre al que dejamos a la izquierda hasta llegar al Coll d'en Poma (para aquellos que no lo sepan hay un antiguo telescopio, ahora ya estropeado, cerca del collado dominando el valle de Orient). Aquí también empieza la subida al Puig de l'Ofre. Unos doscientos y pico metros de desnivel entre bosque y matorral. El sol ha vuelto a salir y con la subida volvemos a pasar calor y nos quitamos nuevamente una capa. La subida nos lleva media hora pero merece la pena para disfrutar de nuevo de unas maravillosas vistas sobre las montañas y valles circundantes. De nuevo hay que abrigarse. Sopla un aire frío y hay que ser precavido. Hacemos las fotos de rigor y hablamos de dónde parar a comer. Son las dos de la tarde y el estómago empieza a quejarse y no es cuestión de que haya un motín en el grupo. La idea es seguir la cresta hacia Na Franqueza por el camino que recorre los 'tres mil' y, al llegar al collado, bajar hacia la Font de s'Aritja, cerca del GR-221. Desde la cima vemos que el sendero recorre un claro en un pinar y que puede ser un buen sitio para comer. Entre unas cosas y otras son casi las tres de la tarde cuando hacemos el alto para la comida.
Como no podía ser de otra manera, a pesar de que al principio daba el sol y se estaba bien, después éste se oculta tras las nubes y hay que volver a abrigarse. Quitar capa; poner capa. Suena a Karate Kid. Retomamos la marcha a las tres y veinte. Aún nos queda un buen trecho hasta los coches y aunque el primer tramo es sencillo, luego hay un trozo fatigoso. Pasamos por al lado de un pou de neu y después junto a la Font de s'Aritja, sin agua, aunque el torrente junto a ella sí que lleva. Al final llegamos al GR-221. Vamos hacia el Embalse de Cúber, hacia la derecha. A la izquierda tenemos la Serra de Cúber. Desde el camino se ve una canal que llega a un pequeño collado de la cresta. Por esa canal tenemos que subir. Será el último tramo duro del día. Tras la cresta solo nos queda un poco de bajada hacia la Coma de Son Torrella, encontrar el camino ancho que la recorre (tras pasar un par de botadors) y llegar a la carretera, al otro lado del túnel donde hemos dejado los coches. Tomamos las debidas precauciones para atravesarlo (linternas, chalecos reflectantes, etc) y llegamos sin contratiempo a la otra boca del túnel dando por finalizada la excursión apenas unos minutos después de las cinco de la tarde.
Ha sido un recorrido algo exigente. No mucho. Pero esos desniveles para atravesar las sierras o para ascender a las cimas hacen que al final quedes cansado aunque satisfecho de lo que has visto. La anécdota ha sido que continuamente nos hemos puesto y quitado prendas de abrigo. Han sido casi 14 km muy bien aprovechados, incluido además un pico superior a 1000 metros, desconocido para muchos de nosotros, que ha quedado marcado en la lista como 'ascendido'.
CMP Puig de l'Ofre |
De CMP Puig de l'Ofre |