Tras mover coches nos ponemos capas y chubasqueros pues hace un poco de llovizna. Por los alrededores se ven unas nubes bastante negras aunque un poco alejadas. Hacemos la foto de grupo de rigor (no vaya a ser que después no podamos) y emprendemos la marcha.
Será un continuo descubrir calas, a cual mas bonita y solitaria, sin una alma aparte de nosotros. Calas de arena, calas de piedra, calas al lado de urbanizaciones, calas vírgenes. El camino será a ratos cómodo, a ratos pedregoso, a ratos muy áspero, con ese lapiaz costero con piedras plagadas de restos de organismos fósiles, a ratos muy fangoso. Incluso tendremos que utilizar las manos en algún punto para salvar un obstáculo.
Desde la torre des viginalcia andamos hacia el sur saliendo en seguida de la zona asfaltada. En seguida encontramos la primera cala, cala Murta, próxima a las coves del Drac. Tras remontar un poco la vertiente sur de la cala y viendo que el tiempo mejora, aprovechamos para merendar. Los chubasqueros han servido para ahuyentar la lluvia. Solo ha caído esa poca llovizna al inicio y en seguida ha parado y ya no volverá a caer ni una gota mas. Es mas... en ocasiones saldrá el sol que, si bien no calentará como en verano, hará que la manga larga sea un poco molesta.
Tras la merienda retomamos la marcha siempre hacia el suroeste. El terreno es muy pedregoso. En ocasiones se atraviesan grandes arbustos achaparrados de mata. Pasamos cerca de na Magrana (que apenas vemos) y tras un paseo entre las casas de la urbanización de Cala Mendia llegamos a la playa arenosa de cala Anguila.
La siguiente cala será la propia de cala Mendia. Pero antes de llegar hacemos una pequeña parada para hacer un poco de geocaching. Jesús tiene una aplicación que indica 'tesoros' ocultos por aquí y por allá. Se trata de encontrarlos con ayuda de pequeñas pistas que da el que los ha escondido u otras personas que los han encontrado. En esta ocasión no tenemos suerte. El terreno es muy escarpado, con piedras muy erosionadas por el mar y por tanto con infinidad de sitios donde ocultarlo. Hay que pensar que no pueden estar muy a la vista pues cualquiera lo podría quitar o cambiar de sitio. El caso es que tras unos minutos de búsqueda desistimos. No podemos entretenernos mucho más tiempo tampoco, así que otra vez será.
Pasamos por la playa de cala Mendia, también arenosa y de notable extensión, y tras un tramo de cómodo paseo al lado del mar, llegamos a la cala del estany d'en Mas, también de arena aunque no tan grande como las anteriores. Aquí tenemos que ascender con algo de esfuerzo por la pared sur de la cala. Llega ahora un terreno pedregoso pero con mucha tierra entre las piedras. Ir por el sendero es incómodo pues te llenas de barro, aunque ves por donde pisas. Ir por al lado del sendero, entre la vegetación, es incómodo pues no tienes una visión directa de lo que pisas, aunque no te llenas de barro. Así que cada uno va por donde quiere. En poco tiempo llegamos a cala Falcó, pero antes vemos frente a nosotros la cova des Coloms (y alguna que otra que no sabemos el nombre). Cala Falcó es una minúscula calita arenosa. Tras ella nos situamos en seguida sobre la cova des Coloms (unos anclajes en las piedras nos indican el lugar). Poco más adelante llegamos a la cova des Pont. El nombre es por el arco en forma de puente que se ha mantenido en la entrada de la cueva, mientras que todo lo que era el techo o cavidad se ha hundido. Tras otra pequeña cala pedregosa (caló Blanc) llegamos a la playa de cala Barques donde hacemos la parada para comer y descansar (y ver como un par de gaviotas se pelean por comer unas galletas que les tiramos).
Retomamos la marcha cruzando el istmo de la punta de Llevant y pasando por la cala de s'Olla. El terreno ha cambiado un poco. Es pedregoso, si, pero la piedra tiene muchos agujeros y se ven en algunos puntos gran cantidad de señales de organismos fósiles, tipo almejas y ostras. No hay tanto barro y abundan cojinetes espinosos. En seguida llegamos a cala Sequer, con una pequeña playa de arena y donde un portillo de metal (si... no hay paredes, ni rejilla, ni nada; solo una puerta) nos da la bienvenida. El portillo, en realidad, indica un camino de acceso a un megachalet de lujo situado en lo alto de la loma. Rodeamos la loma a ran de la mar hasta la siguiente cala donde nos encontramos con otro portillo (si... igual que antes). Estamos en el caló des Serral. Se ve que los del chalet no sabían muy bien por donde entrar y salir de la playa y decidieron poner unas puertas. La playa de esta cala también es de arena.
Ya nos queda poco para acabar la excursión; hacia atrás vemos a lo lejos la torre del Serral dels Falcons desde donde partíamos por la mañana. Recorremos un tramo de costa hasta llegar a la punta des Moro que da entrada a las calas de cala Magraner, cala Pilota y cala Virgili. Desde la punta solo vemos bien la playa de la segunda. Cala Magraner está en seguida a nuestra derecha, al pie del acantilado sobre el que andamos. No bajamos a la playa. Lo dejaremos para el mes que viene que retomaremos la Volta a Mallorca desde este punto.
El sendero nos conduce hacia el interior y en un momento dado destrepamos hasta llegar al fondo del barranco. La playa la tenemos a nuestra izquierda. Nosotros terminaremos la excursión yendo hacia la derecha cruzando unos campos de cultivo hasta salir a la carretera en el lugar donde dejamos el coche unas horas antes.
La caminata ha sido fantástica y el día al final ha acompañado. Un poco de lluvia, un poco de viento y bastante sol, teniendo en cuenta que las previsiones indicaban lo contrario. En total hemos andado unos 14 km.
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Aquí podéis ver unas fotos de la excursión.
Y aquí otras fotos (gracias Jaume).
Y aquí un vídeo de la excursión (36 Mb) (También gracias a Jaume).