Caminamos por la parte superior de los acantilados, entre ullastres y mates. El terreno es y será siempre que vayamos por campo abierto muy pedregoso. Encontramos un corte en el lienzo del acantilado poco antes de la torre de Cala Santanyí. Tras salvar una pequeña cala rocosa, una de las zapatillas de Eva se desmonta y la otra está empezando. Echando mano de cinta aislante, Jesús la remienda lo mejor que puede. Poco después paramos a merendar. Estamos a la orilla del mar, en una zona con grandes bloques de piedra al pie del acantilado.
Tras la merienda nos dirigimos hacia la torre de defensa (Torre Nova de sa Roca Fesa). Hay escalera pero la puerta está cerrada por lo que no podemos ver el interior. La torre estaba practicamente en ruina total, pero en el 2004 se empezó la restauración hasta dejarla tal como se ve actualmente. De la torre vamos hacia la playa de Cala Santanyí donde ya se ven bastantes bañistas. Hace calor y día de playa. Vamos bordeando la costa y llegamos a Es Pontàs, un arco natural de roca en medio del mar a pocos metros de la costa.
Tras Es Pontàs hemos de salvar una pared de roca con árboles y arbustos al pie de los jardines de los chalets que nos dificultan el paso. A continuación llegamos al Caló des Macs, pequeña calita rocosa, y a continuación a Cala Llombards, donde el porcentaje de bañistas se ha incrementado.
Seguimos bordeando la costa entre el acantilado y los límites de los chalets que casi casi llegan al mismo borde. En algunos puntos la caida es directamente en el mar, en otras sería un poco mas dura. Vamos bordeando la Punta des Corb Marí y divisamos ya los alrededores del Caló des Moro. Nos queda atravesar un par de pequeñas torrentes que forman hendiduras en el terreno. En seguida llegamos a la altura de la playa del Caló des Moro donde ya se ve un poco de arena acumulada (hace unos meses, un temporal que hubo la hizo desaparecer). El agua tiene un aspecto y color fantástico. En los alrededores han cuidado el entorno haciendo un pequeño parque botánico con plantas autóctonas y alguna que otra alóctona. Dejamos el descenso hacia la playa a la izquierda y giramos en dirección a Cala s'Almonía, con su pequeño puerto y los escars para los llauts. Ahí terminamos la excursión (aunque queda un trecho para llegar a los coches) y la Volta a Mallorca. Hemos llegado a eso de las dos y cuarto de la tarde. Y por cierto y por suerte, las zapatillas de Eva han aguantado.
Aprovechamos para comer y, algunos, para nadar. Más tarde nos quedarán subir los 120 escalones que nos separan de las calles y hacer un pequeño paseo hasta llegar a los coches. Jesús nos invita a un refresco en la casa de sus suegros y aprovechamos la ocasión para entregar a Jaume un libro con fotos de las excursiones de la Volta a Mallorca. En el se ven reflejados casi todas las 32 etapas recorridas en estos 16 años. Etapas intensas llenas de belleza. A ver ahora quien es el que plantea otro reto para s'Estol.
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Fotos de la excursión
Vídeo de la excursión (36 Mb) (gracias Jesús)