Tras la espera de cortesía, partimos los 15 del pequeño aparcamiento de Cala Fornells en dirección a la playa del mismo nombre. Allí giramos hacia el oeste por calle y luego camino entre campo. Ahora no hay coches aparcados pero a la vuelta estará lleno. Parece mentira con lo malo que es el terreno, habrá coches en todos los rincones.
Vamos en esa dirección para girar luego hacia el suroeste y llegar al Caló d'en Monjo. Los caminos de acceso a la cala están bloqueados por grandes piedras para impedir el paso de los coches. Hay una caseta habitada a la derecha de nuestra ruta. Por lo demás, el entorno está casi desierto de gente.
Rodeamos la cala y remontamos para salir de la misma hacia un promontorio que la cierra por el Oeste. Estamos en un pequeño collado antes de dicho promontorio. Trepamos por el lado contrario hasta llegar a las tierras de la marina y recorremos la costa hacia el oeste.
Al poco tiempo empezamos la subida hacia la torre del Cap Andritxol, que vemos asomar entre pinos en lo alto. La subida es corta pero dura y fatigosa. A ratos hay que parar para recuperar el aliento. Llegamos a un camino pedregoso (es el camino directo desde el Caló d'en Monjo) donde paramos a merendar a la sombra de unos árboles ya que en la torre no la hay.
Una vez en la torre vemos que está en buen estado de conservación (parece restaurada). No podemos entrar pues está cerrado el acceso. Respecto al entorno, tenemos delante una bonita vista de la ensenada o bahía de Camp de Mar, aunque afeada por las urbanizaciones. Hace años apenas había dos hoteles y unas pocas casas. A la derecha esta el Cap des Llamp. Por el otro lado se ven las playas y urbanizaciones de Peguera y al fondo los islotes Malgrats. Hacia en interior destaca el Puig de Galatzó.
Tras el descanso y las fotos de rigor seguimos en dirección al Cap d'Andritxol, hacia un mirador natural al que llegamos en poco tiempo. Nuevo descanso, nuevas fotos y volvemos sobre nuestros pasos. Jesús nos comenta, poco antes de llegar a la antigua torre de vigilancia, que quiere enseñarnos una cosa curiosa pero que para llegar está un poco complicado, por lo que aquellos que quieran pueden esperar en el camino.
Bajamos por la pronunciada pendiente por un sendero poco definido y siguiendo unas cuantas fites. Al poco tiempo Jesús nos descubre un enorme agujero en la ladera que rodeamos hacia la parte más baja. Allí vemos que el agujero tiene salida bastantes metros más abajo. Jesús nos conduce hacia esa salida descendiendo nuevamente por la ladera. La verdad es que es una pasada. La boca inferior está en la pared del acantilado. El material de la misma se deshace facilmente al tocarlo. Intentar entrar en el agujero es delicado. El tubo realmente impresiona. El sitio se llama Cova des Fornàs.
Regresamos remontando la ladera y nos reunimos con el resto del grupo y volvemos casi por el mismo camino hasta el Caló d'en Monjo. Ahora hay bastante más gente que por la mañana. La playa de cantos está muy concurrida. Hacemos la parada para nadar, algunos, y comer, todos.
La vuelta la hacemos por el mismo camino de por la mañana. Al llegar a los coches celebramos los 30 años del grupo con una merienda en una cala cercana. Un buen colofón para la excursion y para celebrar el aniversario del grupo. Y respecto del perfil de la etapa, bueno... hubo algún problema con el GPS.
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Fotos de la excursión
Vídeo de la excursión (15 Mb) (gracias Jesús)