domingo, 18 de febrero de 2024

Puig d'en Ric (per Pas Vermell)

Al pie del llamado Castell de Sant Elm, cerca de dicha población pesquera, iniciamos la excursión, cruzando la carretera que va hacia Cala es Conills. Vamos por camino ancho los 20 que nos hemos juntado hoy. Día de sol pero sin molestar y en ocasiones no estará de más la manga larga. Vamos rodeando el Puig Blanc con vistas a Es Pantaleu y a Sa Dragonera. En un momento dado giramos hacia la izquierda para ascender a esta modesta cota que sin embargo, desde su cima, tiene una magnífica vista de estas islas y de la zona de costa en la que estamos. Permanecemos en la cima unos minutos contemplando las vistas y comentando el buen día que hace... "mucho calor"; "hay excursiones que habría que hacerlas cuando hace más frío"; "Pero si estamos en febrero"; "¿Cuando las vamos a hacer?, ¿En enero, que íbamos también en manga corta?". Cosas del clima que tenemos y que por desgracia parece que vamos a tener que vivir a no ser que caiga otro meteorito.
Bajamos mas o menos por el mismo sitio enlazando de nuevo el camino que llevábamos. Enganchamos el GR o una de las variantes del GR-221 (la que va de S'Arracó a Sant Elm) y sin dejarlo, y en dirección primero más o menos sur y luego este, recorremos las faldas de la Serra de sa Tea, donde hay unas antenas. Seguimos por camino ancho por la vaguada de un torrente y rodeado de pinos. Pasamos por la caseta de Sa Pineta. El camino se empina un poco haciendo unos zig-zags hasta llegar a un cruce. Recto seguiríamos hacia S'Arracó. Nosotros giramos a la derecha por otra variante del GR en dirección al Puerto d'Andratx. En unas piedras soleadas con vistas hacia el mar (con Sa Dragonera siempre presente), el Puig d'en Farineta y las montañas de Ses Basses hacia el norte y la Mola de s'Esclop y el Puig de Galatzó hacia el este hacemos la parada para merendar. Llevamos casi hora y media de marcha.
Retomamos la ruta y continuamos subiendo. Ante nosotros se encuentran las paredes del cresterío del Pintal Vermell. Nosotros cruzaremos por el Pas Vermell. En este paso el camino va por la base de una pared que forma una balma. Las paredes, de color rojizo, son las que le dan nombre. Llegando a la cresta, tenemos unas nuevas antenas a la izquierda y el Pintal Vermell, a la que luego nos dirigiremos, a la derecha. Pero nosotros dirigimos nuestros pasos en un viaje de ida y vuelta hacia el Puig d'en Ric, por el GR y en dirección sureste. Por el camino se ven brezos floridos fuera de temporada (florecen en otoño); otra muestra del tiempo tan raro que tenemos. A la altura de este puig dejamos el camino y campo a través ascendemos a esta nueva modesta cima y cuyas vistas no desmerecen a la anterior. Como se ha dicho era un paseo de ida y vuelta, que hemos hecho en poco más de una hora. Regresamos a la altura del Pas Vermell para ir, esta vez, hacia el suroeste.
Seguimos teniendo buen camino, que se acabará al llegar a la altura de la cima del Pintal Vermell. Estos días se ha comentado en el grupo la idea de ir haciendo todos los vértices geodésicos. En Mallorca hay unos 150 de ellos. El Pintal Vermell, donde nos encontramos, es uno de ellos. Todos están (o deberían estar) representados por un pilar cilíndrico normalmente de cemento u hormigón de color blanco y de 1,20 metros de altura y 30 cm de diámetro sobre una base cuadrada. El Puig d'en Ric, donde hemos estado antes, aunque tenía la base no es un vértice de primera categoría, como lo es el del Pintal Vermell. Por último hay que indicar que estos vertices están protegidos por ley y su destrucción es constitutivo de delito.
En esta entrada tenéis un visor para localizar los de Mallorca y los del resto de España. ¿Quién se anima?: Red de vértices geodésicos de España+6+
Cerca de la cima, una cruz reciente recuerda la memoria de alguien. Aprovechamos para hacer unas fotos que den fe de haber estado en este punto geodésico, primero de muchos que seguramente vayamos a realizar. Y también de la foto de grupo con la omnipresente Dragonera de fondo. Es la hora del Angelus.
A partir de aquí empieza la parte mas dura aunque también la mas chula de la excursión. Primeramente crestear en descenso hacia el Puig d'en Tió que tenemos hacia el suroeste. No es muy difícil pero hay que ir con cuidado saltando de roca en roca o destrepando algún escalón. En poco menos de una hora llegamos a esta nueva cima. Tenemos de frente la Mola del Port d'Andratx. Aun nos queda otro largo similar al anterior de descenso sur por la cresta de este confrafuerte del Puig d'en Tió. Este tramo ya se hace un poco duro para algunos por lo que vamos un poco mas despacio. Por otra parte, de tanto en tanto se abren balcones naturales que nos permiten disfrutar de las vistas hacia el mar. Casi otra hora más tardamos en recorrer este tramo. Lo que nos viene a continuación es un senderillo en balcón pegado a las paredes de la cresta que hemos recorrido. Para ello hacemos un giro de casi 180 grados y recorremos a nivel el senderillo en el que destaca al abrigo de una balma una curiosa cueva formada por la precipitación del carbonato calcico de alguna antigua fuentecilla o manantial. A lo largo de los años esta precipitación ha ido creciendo dejando un hueco en la parte inferior a modo de cueva. También en este punto hay algún paso expuesto, con algo de patio, por lo que extremamos la precaución. Pasado este tramo el terreno mejora y encontramos un sendero o camino bastante ancho. Aprovechamos para comer, que ya es hora. Son las dos y media y a pesar del calor, el café de Alejandra se agradece.
A eso de las tres de la tarde retomamos la marcha. La excursión tendría que ir por la Plana de sa Pineda (hacia el oeste), pero en vista de la hora y de las condiciones físicas de alguno, Jesús opta por acortarla un poco yendo un poco campo a través en dirección norte, cruzando el Camí de Cala en Tió, pasando cerce de la Caseta de Can Dametes y cruzando el Pla d'en Salobre cerca de la caseta de Sa Pineta, donde Antonia recupera los guantes que olvidó por la mañana. Recorremos el camino a la inversa y rodeamos de nuevo el Puig Blanc volviéndolo a dejar a la izquierda y llegando a los coches a eso de las cuatro de la tarde.
Una excursión muy interesante en todos los aspectos por una zona que parece que no tiene nada de especial y sin embargo entre vistas, naturaleza, terreno a recorrer, etc, tiene muchas cosas a su favor. En total han sido casi 11 km los que marca el GPS.

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Fotos de la excursión


domingo, 21 de enero de 2024

Puig d'en Galileu (per el Pas de sa Rebollada)

A las 9 de la mañana y desde el Coll de sa Batalla nos dirigimos hacia el aparcamiento del refugio de Son Amer. Dejaremos allí los coches por comodidad de espacio para aparcarlos. Somos 23 los que nos hemos juntado hoy. Desde el aparcamiento tenemos una perfecta visión de lo que nos espera, con la subida hacia el Coll de sa Batalla, la ladera este con las dos antecimas (La Criança y La Criança d'Alt) y la cima motivo de esta excursión.
Iniciamos la ruta en dirección al refugio para desviarnos en seguida hacia la izquierda camino del Coll de sa Batalla. En este tramo perteneciente al GR-222 recorremos campos con un poco de escarcha matutina. Sin novedad nos plantamos en el Coll de sa Batalla. Allí en la parte izquierda del aparcamiento sale un camino ancho que rodea unos cercados. Al poco hay que desviarse hacia la izquierda ascendiendo fueste por la ladera. Alguna fita que otra guía nuestros pasos pasando bajo grandes encinas y llegando al cabo de un tiempo a una pared que nos impide la progresión. Hacia la izquierda se ve una pequeña canal que permite ascender y superar la pared. Es el Pas de sa Rebollada, que si bien no es difícil no hay que dejar de poner atención en lo que se está haciendo para evitar desgracias. Una vez superada la dificultad por todos, llegamos a una vaguada que asciende hacia la derecha (oeste) y que es a donde nos dirigimos. Al poco tiempo pasamos al lado de unas peñas a la derecha a las que nos encaramamos para merendar y de paso recoger el poco sol que asoma entre las nubes. Ha pasado casi una hora desde la salida.
Retomamos la marcha volviendo a la vaguada que asciende suave hacia el oeste. Llegamos al encuentro de una pared medianera a nuestra derecha. De frente vemos una fuerte pendiente terrosa que asciende a La Criança. Es una opción; ir cresteando para salvar el obstáculo. Otra opción es cruzar la pared y seguir unos hitos manteniendo la altura rodeando la ladera. Un despiste hace que no mantengamos la altura por lo que tenemos que retroceder y corregir el trazado que por suerte no ha sido mucho. Un paso 'a través' de un arbol (el tronco se bifurca en dos a ras del suelo) confirma la buena dirección. Al final llegamos al otro lado de la pequeña elevación de La Criança.
Seguimos hacia el oeste aún bajo el encinar, aunque poco a poco ya se van abriendo claros. El camino sigue marcado por fitas aunque hay tantas a veces que estorban mas que ayudan. Unas van por la parte baja, otras al lado del acantilado (¿?), otras por aquí y por allá. Lo que si está clara es la dirección a seguir; y si quieres ver paisaje, se puede uno acercar al borde del acantilado y disfrutar de las vistas: bosque de Son Macip, Clot d'Aubarca, alrededores de Lluc, Puig Roig, Puig Caragoler de Femenia, etc.
Llegamos a otro punto donde podemos ir por la cresta o por una vaguada un poco más cómoda a la izquierda. Nos metemos por ella, refugio de cabras y ovejas a raíz de los rastros que encontramos. Al final de la misma, a la derecha tenemos la segunda elevación secundaria: La Criança d'Alt, ya por encima de los mil metros. Nos dirigimos hacia ella mientras unos buitres leonados giran sobre nosotros. Desde la parada de la merienda ha pasado poco menos de hora y media.
Desde aquí hasta la cima vamos siguiendo las fitas ladera arriba. Atrás hemos dejado las encinas y nos encontramos con carrizos y cojinetes espinosos que crecen en la poca tierra que se encuentra entre las piedras. Poco a poco vamos llegando a la cima del Puig d'en Galileu donde otros excursionistas están descansando o mirando el paisaje. Sumado a lo anterior tenemos de frente La Mola del Galileu, el Puig Major y el Penyal de Migdia, así como el Puig de Massanella y la Serra des Teixos un poco a la izquierda. Han pasado 50 minutos desde La Criança d'Alt. Hace bastante aire por lo que no se está muy a gusto.
La bajada la hacemos en dirección al Puig Major (seguimos hacia le oeste) bajando la ladera hasta encontrar el GR-221. Por la izquierda se dirige al Coll des Telègraf. Nosotros vamos a la derecha con la intención de parar en la Casa de Neu d'en Galileu para descansar y comer y a donde llegamos apenas media hora después de dejar la cima.
Tras la comida descendemos por el tradicional camino de nevaters. Tras el tramo restaurado de Ses Voltes d'en Galileu llegamos a la Casa de Neu de Son Macip que dejamos a la izquierda y entramos en el encinar. La bajada es entonces mucho más suave. Cruzamos la carretera y pasamos por la Font des Vins (a la derecha) para entrar en el recinto del Monasterio de Lluc por la Font Cuberta. Unos veinte minutos nos separan del refugio donde hacemos una pequeña parada para tomar algo y celebrar que todo ha ido bien. Desde la Casa de Neu han pasado algo mas de dos horas. Al final llegamos a los coches cerca de las cinco de la tarde. El GPS marca una distancia de casi 13 km en casi cinco horas de marcha efectiva. La subida ha sido un poco mas fatigosa que por el camino tradicional, pero nos ha permitido descubrir una nueva forma de acceder a este pico.

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Fotos de la excursión