Bajamos mas o menos por el mismo sitio enlazando de nuevo el camino que llevábamos. Enganchamos el GR o una de las variantes del GR-221 (la que va de S'Arracó a Sant Elm) y sin dejarlo, y en dirección primero más o menos sur y luego este, recorremos las faldas de la Serra de sa Tea, donde hay unas antenas. Seguimos por camino ancho por la vaguada de un torrente y rodeado de pinos. Pasamos por la caseta de Sa Pineta. El camino se empina un poco haciendo unos zig-zags hasta llegar a un cruce. Recto seguiríamos hacia S'Arracó. Nosotros giramos a la derecha por otra variante del GR en dirección al Puerto d'Andratx. En unas piedras soleadas con vistas hacia el mar (con Sa Dragonera siempre presente), el Puig d'en Farineta y las montañas de Ses Basses hacia el norte y la Mola de s'Esclop y el Puig de Galatzó hacia el este hacemos la parada para merendar. Llevamos casi hora y media de marcha.
Retomamos la ruta y continuamos subiendo. Ante nosotros se encuentran las paredes del cresterío del Pintal Vermell. Nosotros cruzaremos por el Pas Vermell. En este paso el camino va por la base de una pared que forma una balma. Las paredes, de color rojizo, son las que le dan nombre. Llegando a la cresta, tenemos unas nuevas antenas a la izquierda y el Pintal Vermell, a la que luego nos dirigiremos, a la derecha. Pero nosotros dirigimos nuestros pasos en un viaje de ida y vuelta hacia el Puig d'en Ric, por el GR y en dirección sureste. Por el camino se ven brezos floridos fuera de temporada (florecen en otoño); otra muestra del tiempo tan raro que tenemos. A la altura de este puig dejamos el camino y campo a través ascendemos a esta nueva modesta cima y cuyas vistas no desmerecen a la anterior. Como se ha dicho era un paseo de ida y vuelta, que hemos hecho en poco más de una hora. Regresamos a la altura del Pas Vermell para ir, esta vez, hacia el suroeste.
Seguimos teniendo buen camino, que se acabará al llegar a la altura de la cima del Pintal Vermell. Estos días se ha comentado en el grupo la idea de ir haciendo todos los vértices geodésicos. En Mallorca hay unos 150 de ellos. El Pintal Vermell, donde nos encontramos, es uno de ellos. Todos están (o deberían estar) representados por un pilar cilíndrico normalmente de cemento u hormigón de color blanco y de 1,20 metros de altura y 30 cm de diámetro sobre una base cuadrada. El Puig d'en Ric, donde hemos estado antes, aunque tenía la base no es un vértice de primera categoría, como lo es el del Pintal Vermell. Por último hay que indicar que estos vertices están protegidos por ley y su destrucción es constitutivo de delito.
En esta entrada tenéis un visor para localizar los de Mallorca y los del resto de España. ¿Quién se anima?: Red de vértices geodésicos de España+6+
Cerca de la cima, una cruz reciente recuerda la memoria de alguien. Aprovechamos para hacer unas fotos que den fe de haber estado en este punto geodésico, primero de muchos que seguramente vayamos a realizar. Y también de la foto de grupo con la omnipresente Dragonera de fondo. Es la hora del Angelus.
A partir de aquí empieza la parte mas dura aunque también la mas chula de la excursión. Primeramente crestear en descenso hacia el Puig d'en Tió que tenemos hacia el suroeste. No es muy difícil pero hay que ir con cuidado saltando de roca en roca o destrepando algún escalón. En poco menos de una hora llegamos a esta nueva cima. Tenemos de frente la Mola del Port d'Andratx. Aun nos queda otro largo similar al anterior de descenso sur por la cresta de este confrafuerte del Puig d'en Tió. Este tramo ya se hace un poco duro para algunos por lo que vamos un poco mas despacio. Por otra parte, de tanto en tanto se abren balcones naturales que nos permiten disfrutar de las vistas hacia el mar. Casi otra hora más tardamos en recorrer este tramo. Lo que nos viene a continuación es un senderillo en balcón pegado a las paredes de la cresta que hemos recorrido. Para ello hacemos un giro de casi 180 grados y recorremos a nivel el senderillo en el que destaca al abrigo de una balma una curiosa cueva formada por la precipitación del carbonato calcico de alguna antigua fuentecilla o manantial. A lo largo de los años esta precipitación ha ido creciendo dejando un hueco en la parte inferior a modo de cueva. También en este punto hay algún paso expuesto, con algo de patio, por lo que extremamos la precaución. Pasado este tramo el terreno mejora y encontramos un sendero o camino bastante ancho. Aprovechamos para comer, que ya es hora. Son las dos y media y a pesar del calor, el café de Alejandra se agradece.
A eso de las tres de la tarde retomamos la marcha. La excursión tendría que ir por la Plana de sa Pineda (hacia el oeste), pero en vista de la hora y de las condiciones físicas de alguno, Jesús opta por acortarla un poco yendo un poco campo a través en dirección norte, cruzando el Camí de Cala en Tió, pasando cerce de la Caseta de Can Dametes y cruzando el Pla d'en Salobre cerca de la caseta de Sa Pineta, donde Antonia recupera los guantes que olvidó por la mañana. Recorremos el camino a la inversa y rodeamos de nuevo el Puig Blanc volviéndolo a dejar a la izquierda y llegando a los coches a eso de las cuatro de la tarde.
Una excursión muy interesante en todos los aspectos por una zona que parece que no tiene nada de especial y sin embargo entre vistas, naturaleza, terreno a recorrer, etc, tiene muchas cosas a su favor. En total han sido casi 11 km los que marca el GPS.
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Fotos de la excursión