sábado, 27 de marzo de 2010

Femenia Vell - Puig de ses Moles - Lavanor - Mortitx

El lugar de reunión lo tenemos en el aparcamiento del refugio de Son Amer, cerca del Monasterio de Lluc. La idea era saber cuantos iríamos de excursión para ir al lugar de salida con el menor número de coches, evitando posibles problemas de aparcamiento. Además al no coincidir la salida con la llegada, obliga a mover los coches. El día está nublado y desde la llegada al refugio cae una fina llovizna que no nos abandonará, a veces más a veces menos, durante casi toda la excursión.
Nos juntamos 24 personas (incluyendo un niño) y en marcha neutralizada, por segunda excursión consecutiva, nos acercamos al lugar, esta vez sí, de salida y esperamos mientras los conductores dejan los coches en el lugar de llegada y vuelven.
Iniciamos la excursión en el camino de entrada a las casas de Femenia Vell en la carretera de Lluc a Pollença. Poco después de las 09:30 atravesamos el portillo de entrada al pie de la carretera aprovechando la entrada de un coche de la posesión, lo que nos evita pasar por el 'botador' que hay a la izquierda.
El camino que seguimos es ancho y discurre por terrenos de olivar. Frente a nosotros destaca la silueta del Puig Ciuró, a modo de verruga en la parte oriental del Puig Caragoler de Femenia. Muy poco a poco vamos ascendiendo y acercándonos a las casas de Femenia Nou, primero, y Femenia Vell después. Poco antes de llegar a esta última dejamos a la izquierda la Font de Femenia. Junto a las casas de Femenia Vell hay un corral con animales domésticos, entre ellos unos cabritillos que, aunque no sea correcto decirlo, estaban muy pero que muy apetecibles. Un poco mas arriba nos detiene la marcha un rebaño de ovejas que se dirige a unos comederos.
A partir de aquí el camino sigue siendo ancho pero se hace más pedregoso y empinado. Frente a nosotros ya vemos el Coll Ciuró, entre el Puig Caragoler y el Puig de ses Moles. A la derecha del camino tenemos una franja de terreno quemado de carrizo de unos 15 a 20 metros de ancho. Aún se nota un poco de olor a quemado por lo que es una quema reciente. Más o menos a mitad de camino entre las casas de Femenia Vell y el Coll Ciuró se encuentra la Font d'en Quelota, una fea construcción de tochos con aspecto de 'mina'. En su interior una pica donde recoger el agua y una serie de grifos y tuberías para canalizarla. Por suerte, un grifo exterior, funcional, permite llenar la cantimplora en caso de necesidad.
Seguimos subiendo en dirección al collado. A nuestra derecha vemos, abajo, uno de los embalses del Torrent de ses Comes que se utilizan para regar los cultivos de Mortitx. También se ve un trozo del camino cementado que va de Mortitx a Ses Basses y que recorreremos al final de la excursión. Más lejos, entre la neblina, se intuye el surco del Torrent de Mortitx y al fondo, la silueta del Puig Gros de Ternelles que cierra el valle de Ariant. Quince minutos después de la Font d'en Quelota llegamos al Coll Ciuró, donde aprovechamos para merendar.
Retomamos la marcha ascendiendo por la ladera occidental del Puig de ses Moles. Un desnivel de 50 metros que subimos, un poco a la mala, en apenas un cuarto de hora. El Puig de ses Moles no tiene una cima definida. Hay varios puntos casi con la misma altura (apenas hay uno o dos metros de diferencia). La que coronamos primero es la más cercana al Coll Ciuró. Sobre una piedra hay un Belén hecho con figuras de barro colocadas por el grupo excursionista de Consell. Desde esta primera cima vamos por el altiplano hacia la cima 'principal', al noreste y a la que llegamos en otros quince minutos y que está coronada con una fita. También en ella hay un Belén de figuras de barro en una vasija del mismo material.
El día nublado y lluvioso que tenemos nos impide ver la panorámica que nos rodea: el mar, las escarpadas laderas de las montañas que nos rodean y pequeños valles y hondonadas donde al haberse acumulado un poco de tierra han servido para poder cultivar. Allí donde se podía, se aprovechaba al máximo para sacer algún rendimiento a esta comarca. La bajada la hacemos más o menos por el mismo sitio de subida. El descenso es más delicado, pues las rocas mojadas hacen comprobar muy bien donde poner las botas para evitar caidas (aunque a veces sin éxito). Al alcanzar los primeros rellanos, giramos en dirección noroeste sin sendero definido pero con alguna que otra fita que sirve para que Jesús nos vaya guiando a todos. Tenemos que rodear por la izquierda el altiplano que tenemos delante y, siempre en descenso, llegar a los pies de un pequeño acantilado. Un poco mas abajo alcanzamos otra 'senda fitada' (por denominarlo de algún modo) que nos llega por nuestra izquierda. La senda, hacia la derecha, continúa hacia Ses Basses de Mortitx. Seguimos esta senda un tramo para, poco después, desviarnos a la derecha, en dirección noreste, subiendo por una canal estrecha. El motivo es evitar un área protegida en esta época del año a causa de la cría de los buitres negros que anidan por esa zona. Al igual que antes, el camino no es tal, y sólo las fitas nos van indicando por donde ir. En un momento dado, a la izquierda de nuestro camino, unas rocas han habilitado una especie de refugio, que podría recordar al que hay en la cima del Puig de n'Alí. En poco tiempo llegamos al Camí de ses Basses, ancho y cementado, y que, salvo algún desvío, no dejaremos hasta el final de la excursión.
El primer desvío lo hacemos para visitar la Font Blanca, que está a la derecha del camino a los pies de una enorme roca que se distingue detrás de unos chopos. Chopos que causan la admiración de todos por lo grandes que son. No tanto por su altura, quebrada en vete a saber cuantas ocasiones por tormentas y vendavales, si no por el grosor de sus troncos. A la fuente se llega por un senderillo enfangado más o menos bien marcado que asciende entre los chopos. Bajo la gran roca, una pequeña pared de piedra con una abertura separa una estancia amplia aunque de techo bajo. El agua recorre la estancia y, ya fuera de ella, se dirigía hacia una pequeña pileta. Actualmente, sin embargo, la tierra y hojarasca impiden que ésta se llene y el agua se pierde por la ladera.
Retornamos al camino y tres minutos después lo volvemos a dejar, ésta vez por la izquierda, siguiendo un camino ancho que conduce al refugio de Lavanor al que llegamos en otros dos minutos. El refugio es una antigua caseta restaurada con un porche donde nos cobijamos de la lluvia. Está cerrado y sólo se abre en caso de aviso según indican los carteles. Aprovechamos esta parada para comer y descansar un poco.
Después de comer volvemos al camino de Ses Basses en dirección a Mortitx. El camino va en descenso, suave al principio y más acusado después cuando llegamos al mas bajo de los embalses del torrent de Ses Comes y que veíamos de camino al Coll Ciuró. El agua está transparente y darían ganas, si no fuera por el día, de darse un chapuzón. De fondo se escucha el croar de las ranas.
Seguimos un poco más por el camino y nos desviamos, por tercera y última vez, por otro que sale a mano derecha, bastante empinado, y que conduce al embalse superior. La verdad es que el rincón es fantástico, con las siluetas del Puig de ses Moles y del Puig Caragoler de Femenia reflejándose en el agua transparente.
Bajamos hacia el camino principal y sin ninguna interrupción más y por un camino prácticamente llano llegamos a los viñedos de la finca de Mortitx y poco después a las casas y a la carretera, donde terminamos la excursión.
Apenas han sido 12 kilómetros, y aunque parte de ellos han sido por camino ancho, el resto fue por terreno muy accidentado, que obligaba a tener todos los sentidos en alerta, bien sea para no tropezar o resbalar y para atinar con las 'fitas' para no perderse. Picando en las fotos iréis a los álbumes de fotos y también tenéis la ruta realizada.

CMP Puig de ses Moles - Lavanor


JLT CASES DE FEMENIA NOU I VELL


1 comentario:

Tià dijo...

Bona excursió i bona crònica!