El día está plomizo y las previsiones anunciaban lluvia para ese día. De momento aguanta.
A eso de las nueve y media nos ponemos en camino. Delante tenemos la Muntanyeta de Tenja y Es Telègraf. Somos 20 (incluido un niño) los que nos hemos reunido.
Las excursiones con Guillem, siempre tienen algún tipo de sorpresa, bien por alguna actividad o por algo que nos hace pensar o meditar sobre algún tema concreto. Hoy nos propone que durante la merienda nos leerá un relato de Salvador Galmés y que tras la excursión hagamos una crónica de la excursión imitando su estilo en lo que nos sea posible.
No han pasado 15 minutos de marcha cuando empieza a caer una ligera llovizna. Parece que las previsiones meteorológicas se cumplen. Pocos minutos más y la llovizna se convierte en lluvia ligera. Echamos mano de los paraguas, capas y chubasqueros y continuamos un poco. No parece que el tiempo vaya a cambiar así que deliberamos sobre qué hacer. Guillem nos reúne y nos comenta un poco la ruta, caracterizada casi casi por la ausencia de 'ruta'. Es decir, que apenas hay camino o sendero que seguir y que se irá en muchos tramos 'a la mala'. También nos dice que no hay un refugio donde cobijarse en caso de que la lluvia vaya a más. La asamblea se salda con 3 bajas que vuelven a los coches. Guillem nos comenta seguir hasta el lugar previsto de merienda y decidir allí en función de las condiciones que tengamos.
Seguimos unos quince minutos mas, dejando el camino ancho e internándonos ladera arriba por unos bancales. En ese momento abandonan otros dos. Vamos campo a través, entre la vegetación que cubre las terrazas y superando las paredes de piedra. No tarda el agua en empaparnos los pantalones y las botas. Al final llegamos a la Caseta del Mal Home, una pequeña caseta de piedra medio derruida donde se adivinan dos dependencias. Guillem nos comenta que uno de los cuartos, el de la entrada, estaba ocupado por el 'ase'; en el otro (a mi incluso me parecía mas pequeña que la primera) vivía el matrimonio y sus 5 hijos. Parece mentira que pudieran vivir en apenas 10 ó 12 metros cuadrados una familia con 5 hijos. El nombre de la caseta y de su habitante ('el mal home') era debido a que no frecuentaba la iglesia los domingos (se ve que tenía otras obligaciones como su familia y sus escasas pertenencias y no podía dedicarse a la devoción, pero eso estaba mal visto en aquella época). No recuerdo si Guillem comentó que esto era de hace unos 40 o 50 años.
Merendamos, como podemos, bajo la lluvia. En esos momentos cae bastante fuerte y tras una segunda asamblea decidimos abandonar. Pocas veces ha abandonado el grupo una excursión. Los más veteranos comentan que apenas una o dos veces se ha tenido que echar atrás una salida por la lluvia. Pero visto lo visto, y ya que el tiempo no parece cambiar y que tendremos que ir mayormente campo a través, entre zarzas y carrizo, decidimos dejarlo para otro año.
Guillem nos propone ir a Ses Sitges, una granja escuela donde se realizan (realizan) actividades de educación ambiental y colonias de verano. Terminamos de merendar y regresamos por el mismo camino al principio para desviarnos después hacia las casas. Mientras, los conductores han ido a buscar los coches para acercarlos también a las casas.
La llegada supone el final de la excursión, pero el inicio de una velada memorable, con entretenimientos a base de chistes, juegos y anécdotas y conversaciones de otras excursiones o de cualquier tema en general. No faltó un relato de Salvador Galmés ('Hivernal') y una actividad que cuando nos la propuso Guillem no dudamos casi nada en su realización. Consistió en hacer 'orellanas' u orejas. Un postre a base de harina, leche, manteca, huevo y un poco de anís. Jesús se dedicó a mezclar todos los ingredientes y repartir un poco de la masa a cada uno para, con un rodillo, aplanarla muy finamente, cortarla en rectángulos y freírlos en una sartén. La verdad es que quedaron, como dice Arguiñano, ricas, ricas, y dimos buena cuenta de ellas tras la comida, acompañadas de un café y una copa de hierbas y/o de pacharán.
El relato de Salvador Galmés sirvió de ejemplo de lo que Guillem quería que intentásemos hacer. Un pequeño relato de la excursión siguiendo el estilo narrativo de dicho escritor. Desde aquí dejo abierta esta crónica para que cada uno que quiera la termine con su pequeña aportación.
Por cierto. No recuerdo si se comentó entonces, pero mirando la biografía de Salvador Galmés resulta que nació precisamente en Ses Sitges.
Si alguien le interesa realizar la excursión, que deje un comentario para que Guillem lo pueda leer. En todo caso, para el año que viene es seguro que la realizaremos, como asignatura pendiente que nos ha quedado en este inicio de temporada.
Quiero disculparme por no haber publicado esta crónica antes pero mi ordenador ha estado a punto de pasar al reciclaje.
CMP Caseta del Mal Home |