Desde ese claro, al que llegan algunos caminos más o menos anchos, subimos, casi en dirección sur, ladera arriba. Apenas se ve rastro de sendero, aunque sí que se ven fitas, pocas, aquí y allá. Atravesamos en subida un canchal o rossaguera ancha, primero, y otra mas estrecha después, donde los resbalones son continuos. No hay piedras grandes donde poner el pié y las pequeñas están muy sueltas. La vegetación arbórea va disminuyendo a medida que ascendemos. Por el contrario, la herbácea nos recompensa con multitud de ciclámenes autóctonos que crecen por toda la ladera, con las típicas flores blancas de pétalos girados hacia atrás y sus hojas verdes moteadas por el haz y púrpuras por el envés.
Ya vemos en lo alto el Puig de sa Camomil•la. Hemos de pasar por el collado que hay a su izquierda. A ratos la subida se hace mas dura. Por mi parte aprovecho las fotos que hago para descansar y tomar aliento. La subida se hace por donde mejor le parece a cada uno, y Jesús nos reprende por no seguirle. No le falta razón pues el hecho de ir desperdigados puede ocasionar algún problema si alguien de arriba desprende alguna roca sobre los de abajo. Por suerte no pasa nada. Llegamos al collado, cruzado por una pared medianera que accede al Pla de sa Camomil•la, pequeño altiplano de carrizo en la cara noroeste de la Serra de Son Torrella y a modo de balcón sobre el valle de Sóller. En el cielo vemos el vuelo circular de una pareja de buitres leonados. Rodeamos el Puig de sa Camomil•la (al que nuestro compañero Biel sube, culminando uno de los 'miles' de la isla) dejándolo a la derecha. Frente a nosotros vemos ya el Penyal Xapat en toda su plenitud, con el marco incomparable de Fornalutx, Sóller y la mole del Teix al fondo. Paramos un poco antes de llegar a la altura del Penyal y aprovechamos para merendar y comentar si nos tenemos que acercar o no a él. La subida es difícil, comentan los entendidos, a pesar de que desde nuestra posición no lo parece (luego, ya mas cerca, cambiaría de opinión). Decidimos que dejaríamos las mochilas y el que quisiera se acercaría al menos hasta la vertical para ver el 'tajo' que da nombre a este peñasco.
Retomamos la excursión dejando a nuestra espalda el valle de Sóller y el Penyal Xapat. Nos dirigimos hacia un collado atravesado por una rejilla que vemos desde abajo. Por tanto, toca subir de nuevo, aunque ahora ya las ascensiones que haremos apenas nos van a cansar. En poco tiempo recorremos la distancia, subiendo al pie de pequeños acantilados donde crecen y florecen nuevas plantas interesantes y endémicas de la isla. Cruzamos la rejilla y vemos del otro lado la alargada Coma de Son Torrella hacia la que nos dirigimos. El descenso se hace por terreno de lapiaz con piedras a veces muy afiladas. De haber llovido o estar mojadas hubiera sido bastante peligrosa o delicada la bajada, pero por suerte están bien secas y las botas se agarran perfectamente, lo que no impide que en ocasiones tengamos que echar mano de otras estrategias poco ortodoxas aunque no por ello menos efectivas.
Llegamos al camino de la coma a la altura de una pared de partió. Por la tarde llegaremos a este mismo punto pero desde la Serra de Cúber que tenemos de frente. Tras esperar unos minutos a reagruparnos, seguimos el camino de la Coma de Son Torrella en dirección al Portell de Sa Costa. Este camino ya lo recorrimos hace un par de años en otra excursión, aunque en aquella ocasión bajamos desde el Portell de sa Costa hacia Sóller. Esta vez también nos desviamos hacia el portillo y el Morro de ses Solanes y nos paramos un momento para ver la panorámica sobre Sóller.
Nuestro siguiente destino es el Coll de l'Ofre y la Font de s'Aritja, donde pararemos a comer. Dando la espalda al Portell de Sa Costa, un sendero asciende hacia el collado entre las dos cimas del Puig des Verger (que tenemos hacia el Sureste). Con una subida corta y nada difícil, incluso se intuye algún que otro escalón, llegamos enseguida al collado y aprovechamos para 'subir' a las dos cimas del Puig des Verger y hacer la típica foto de grupo. El día está bastante claro y distinguimos entre otras las cimas de Sa Rateta, Na Franquesa y l'Ofre, el pla de l'Ofre, se ve también a lo lejos la Bahía de Palma, es Cornadors y Alfàbia (entre nubes), todo el valle de Sóller con el Teix al fondo, a nuestros pies la vertiginosa bajada hacia la Font des Verger y el Torrent de Biniaraix, y por último la Coma de Son Torrella flanqueada por las Serras de Son Torrella y de Cúber, con el Puig Major al fondo.
El sendero continúa bien definido en dirección al Coll de l'Ofre, que se encuentra al sur de nuestra posición. Pasamos una pared de partió y pocos minutos después llegamos al collado encontrandonos con el sendero GR221. Seguimos por el camino ancho, en vez de ir por el GR ya que nos dirigimos hacia la Font de s'Aritja (detrás de las casas de Binimorat). El camino ancho nos deja casi a la altura de la fuente. La Font de s'Aritja es una pequeña oquedad natural en el terreno de donde brota el agua que baja por una acequia. Una tubería debería llevar el agua hasta una pica alargada, pero dicha tubería está rota y el agua se pierde directamente por la ladera hasta llegar a una regata que la conducirá hasta el Torrent de l'Ofre (a la altura de las casas de Binimorat). En esta fuente paramos a comer.
Reanudamos la marcha retornando al camino ancho. Un par de curvas en el mismo y retomamos de nuevo el GR221 que nos llega por la izquierda. A la derecha tenemos la caseta de Binimorat. Pasada esta me doy cuenta que no he activado el GPS, por lo que habrá que añadir 500 ó 600 metros a los que marque el aparato. Seguimos por el camino ancho. Poco después de un giro brusco de 90 grados hacia la derecha deberíamos habernos desviado hacia la izquierda saliendo del camino dirigiéndonos hacia el norte, hacia una grieta a modo de collado en la Serra de Cúber. Sin embargo seguimos un poco para adelante hasta que nos damos cuenta del error. Salimos del camino y retrocedemos campo a través en diagonal hasta dar con el 'sendero' que asciende más o menos pegado a unas peñas a nuestra izquierda. La subida es un poco fatigosa, más que nada por el esfuerzo acumulado, pero no es difícil. Una vez alcanzada la 'grieta-collado' al otro lado tenemos nuevamente la Coma de son Torrella y descendiendo a ella llegaremos al punto del camino donde estuvimos por la mañana siguiendo una pared de partió que dejaremos a nuestra derecha y pasando la alambrada por un botador.
Ya nos queda el final, fácil y cómodo, por camino ancho hasta llegar a la carretera a la altura del embalse de los militares y de la boca sur del Túnel Llarg que tenemos que atravesar para llegar a los coches que tenemos del otro lado, terminando la excursión.
Sumando ese medio kilómetro a lo que marcóa el GPS cuando descargué los datos habrán sido unos 12 km. Si bien no parecen muchos han sido, al menos al principio, de un esfuerzo importante.
CMP Serra de Son Torrella - Serra de Cúber |
De CMP Serra de Son Torrella - Serra de Cúber |
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