La idea es subir al Puig Roig. No es una excursión habitual, pues normalmente se realiza la vuelta al mismo. Así que esta vez había pensado que sería una buena idea ascender a la cima.
Esperamos unos minutos por si viene alguien mas y en vista de que no es así, partimos andando por la carretera en dirección a Pollença. Son las nueve y cuarto. Hay que intentar quitarnos los casi 1000 metros de carretera cuanto antes para evitar problemas con los coches. En seguida llegamos a las barreras de la posesión de Mossa, entrando por un pequeño portillo. El camino recorre los campos de la posesión. También nos cruzamos con algunas ovejas y un carnero con vistosos cuernos.
Poco antes de llegar a las casas han habilitado un desvío para evitar pasar por ellas. Una muy buena idea. No se molesta a los propietarios y no te impiden el paso a la zona que quieres visitar. Quiero recordar que solo se puede hacer estas excursiones los domingos, que es cuando dejan pasar por la finca.
El desvío asciende por unas escaleras bien empinadas. Este pequeño tramo es, para mi, uno de los mas fatigosos de la excursión. La veintena de escalones te deja sin resuello a poco que quieras ir un poco rápido. Después de rodear las casas dejándolas a la izquierda, tomamos un sendero que asciende por la ladera del Puig Caragoler de Femenia en dirección al Coll dels Ases. El sendero tiene un par de tramos algo aéreos y a medida que ascendemos vamos teniendo mejores vistas del Clot d'Albarca a nuestra izquierda.
En una hora mas o menos llegamos al Coll dels Ases, desde donde vemos ya el mar. Aprovechamos para descansar un poco y merendar. Desde el collado, hacia el norte (derecha), sigue el sendero que rodea el Puig Caragoler de Femenia. Tras la merienda, media hora mas tarde, nosotros seguimos por la izquierda, hacia el oeste, por la vía típica de la vuelta al Puig Roig. Tras unos 5 o 7 minutos de marcha, por la izquierda llega el 'sendero' por el que bajaremos mas tarde. Es una de las subidas que hay hacia la cima. Nosotros lo que haremos será bajar por ahí. La subida la haremos por otro sitio mas adelante. Seguimos el camino de herradura, pasando por el Cocó de sa Balma.
Seguimos en dirección oeste hasta un punto en que el sendero gira casi hacia el norte. El giro rodea una gran roca dejándola a la derecha. Es una buena fita que nos indica por donde nos tenemos que desviar. Ya fora camí hemos de seguir ladera arriba, a la mala, siguiendo mas o menos la misma dirección que traíamos. Llegaremos al pie de un pequeño acantilado girando a la izquierda. Ha sido un primer tramo bastante empinado. Ahora toca ir mas o menos manteniendo la altura siempre hacia el sur, atravesando primero un pequeño canchal y llegando a un pequeño 'circo' a la derecha. Hay que subir al nivel superior y lo mejor es, teniéndolo de frente, hacer un rodeo por la derecha que es mas suave. Jesús y Tomeu se atreven a escalarlo. Son apenas 3 o 4 metros de desnivel no muy sencillos de hacer pues apenas hay presas, pero con un poco de técnica parece que se puede subir. De todas formas, por la derecha no hay ningún peligro.
Superado el escalón, siguiendo un poco hacia el sur se llega a otro pequeño canchal. Atravesándolo llegaríamos a juntarnos con el otro sendero que comentamos anteriormente y que utilizaremos en la bajada. Por hacerlo un poco mas 'interesante' (como dice el lema de Santueri, por qué lo vamos a hacer fácil si podemos hacerlo difícil) giramos a la derecha por un pequeño rellano hasta llegar a una canal a la izquierda (sólo hay que recorrer apenas 10 o 15 metros hasta alcanzar dicha canal).
Por ella ascendemos. En ocasiones se estrecha bastante. Al final llega a un pequeño 'llano' de carrizo donde enganchamos, ahora si, con el sendero de subida. Unas fitas nos indican a la derecha de nuestra posición, por donde hay que hacer el último esfuerzo hasta llegar a la cumbre del Puig Roig. Este último tramo se hace prácticamente todo por roca, por lo que hay que fijarse en los hitos a medida que vamos alcanzando la cima, a la que llegamos casi dos horas después de haber dejado el Coll dels Ases.
Durante la subida hemos tenido ocasión de ver un buen panorama, pero es aquí, desde la cima, donde realmente tenemos a nuestra disposición unas magníficas vistas. Desde el noreste vemos el Puig Caragoler de Femenía, las montañas de Ternelles, un poco al fondo Formentor, la bahía de Pollença, la Talaia d'Alcúdia, un poco de la bahía de Alcudia y al fondo el Cap Ferrutx de la penísula de Levante, la Cuculla de Fartàritx, el Puig de Ca y el Puig Tomir, el Puig de Massanella, el Puig de ses Vinyes y el Puig Major; ya en la costa, la Mola de Tuent y el Morro de sa Vaca. Y un mar azul en calma que termina de completar la panorámica. Mientras contemplamos el paisaje, hacen también acto de presencia unos buitres que pasan bastante cerca de nosotros. Alguno incluso se posa no muy lejos de donde estamos.
Hace bastante aire y hemos tenido que abrigarnos. Estamos alrededor de media hora en la cima, viendo las montañas, las evoluciones de los buitres, disfrutando en suma, pero hay que empezar a pensar en la bajada. Descendemos por donde hemos bajado hasta llegar al pequeño llano de càrritx. Allí en vez de girar a la izquierda, que sería por donde hemos subido, continuamos recto, siguiendo unas fitas en dirección sureste. El sendero no es que esté muy bien marcado y en alguna ocasión dudo de por donde ir, y en alguna ocasión me equivoco. Menos mal de la tecnología que nos saca de apuro. Es curioso. Cuando vas con gente parece que no te fijas tan bien por donde has de ir. En cambio, cuando vine, solo, hace unos meses, atiné el sendero a la primera. Pero solo es cuestión de fijarse bien y si ves que no hay hitos, volver atrás hasta encontrar las últimas que viste y mirar entonces con mas atención.
En el sitio donde me despisté, había que continuar bajando por una pequeña vaguada, en vez de girar a la derecha manteniendo la altura. Un poco mas adelante se llega al cruce al que hubiéramos llegado en la subida de no haber ido por el otro lado. En este punto el sendero es un poco mas evidente y aquí si que hay que ir al este sin perder altura (o al menos manteniéndola). Pasamos al lado de una curiosa roca con forma de cabeza o carabela, después por un pequeño collado y al final llegamos al sendero conocido a poco mas de 300 metro del Coll dels Ases, donde también pararemos para comer. Son las dos y media pasadas. Desde la cima hemos tardado poco mas de hora y media en hacer la bajada. En los últimos tramos, bien por cansancio, bien por descuido, ha habido alguna que otra caída, si bien no muy grave, pero que ha necesitado el uso del botiquín, para curar un corte en la mano de Jesús y otro corte en un labio de Fernando. Tras la comida, volvemos por el mismo camino hasta los coches, a los que llegamos a las cuatro y media de la tarde.
La excursión ha sido un poco mas durilla de la cuenta. Al menos eso me han dicho. Pero hemos quedado todos muy satisfechos. Además el día ha acompañado y hemos podido disfrutar como nunca de las vistas desde la cima. La distancia recorrida ha sido de algo mas de 13 kilómetros.
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