Empezaremos en el aparcamiento del Estany d'en Mas, en Cala Romantica. Llegaremos hasta casi Cala Falcó y regresaremos. Una excursión cortita, de poco mas de 6 kilómetros, ideal para el día que hemos encontrado y en el que puede haber algún chubasco que nos pille de camino. A las 9 estamos ya esperando la salida. Jesús me entrega un recuerdo del grupo y por el que le quedo muy agradecido. A las nueve y cuarto emprendemos la marcha (en total somos 19, grandes y pequeños), atravesando la playa para remontar la ladera opuesta por una rampa empinada rodeados de pinar. Casi será lo mas fatigoso que haremos, pues en poco tiempo remontas una treintena de metros o algo mas. El terreno se suaviza y la vegetación pasa a ser la típica de las marinas costeras: matas, acebuches, cojinetes espinosos y otras plantas habituadas a zonas cercanas al mar. El terreno es muy rocoso, nada fácil de andar sin mirar donde pones los pies.
Apenas media hora después nos hemos de desviar del recorrido para bajar a la orilla del mar. Ahí está la primera de las cuevas que visitaremos: la Cova de ses Pedreres. Destrepamos un poco de ancantilado donde mas fácil parece y recorremos la costa hacia el sur. Unos 5 minutos después encontramos un agujero de poco mas de medio metro de diámetro. Hay que gatear a través de el para entrar en la cueva. Una vez dentro sorprende las dimensiones de la cueva. Es una cueva pequeña sin muchas galerías y recovecos pero es alta y amplia. El fondo es de arena y se ven por aquí y por allá depósitos de Posidonia que indican que la cueva es inundada periódicamente a causa de los temporales. Es curioso también que hay formaciones de estalactitas y estalagmitas muy recientes y de rápido crecimiento, identificables por el color blanco casi inmaculado de ellas. Algunas de estas formaciones crecen incluso sobre depósitos de Posidonia. En las paredes se ven las típicas coladas formando como pisos y al final de la cueva se encuentras unas cuantas columnas mas o menos gruesas. Aquellos interesados pueden leer un artículo sobre esta cueva de la revista Endins en este enlace.
Retrocedemos por el mismo camino y ascendemos de nuevo por donde hemos bajado anteriormente. Andamos una media hora y nos volvemos a desviar de nuevo. Tenemos que bajar de nuevo a la costa. Esta vez la bajada es un poco mas complicada, pero no difícil. Una vez abajo tenemos al sur una pequeña explanada de tierra a modo de collado a escasos dos o tres minutos. La Cova des Moro está allí cerca. Pero antes de entrar a visitarla haremos la parada para la merienda. Una vez terminada, vamos hacia la cueva. Está detrás de unas matas en la pared del acantilado, allí mismo donde hemos merendado. La entrada está definida por unas rocas al estilo de los talaiots, con una gran piedra a modo de dintel. Jesús nos indica que dentro aún se ven restos (cuerdas principalmente) de las excavaciones que se han estado haciendo en la que se encontraron abundantes restos de Myotragus. También hay una serie de cuerdas para hacer recorridos hacia otras partes de la cueva y poder volver al camino principal sin problemas. Entramos por la puerta y a través de un pasillo de piedra entramos en la sala principal que es bastante grande. A nuestra derecha encontramos unos agujeros producto de las excavaciones y las cuerdas que indicaba Jesús, pero que parece que ya hace mucho que no se utilizan. La cueva no tiene galerías secundarias, pero tiene sus pequeñas maravillas que hace que nos detengamos y hagamos fotos cada poco. En esta cueva, al contrario que la anterior, no se ven formaciones recientes y se ven pocas estalactitas que tengan esa típica gota de agua en su extremo. También podéis leer un artículo de esta cueva en la revista Endins picando en el siguiente enlace.
Tras la visita, ascendemos de nuevo a la garriga superior. Jesús nos invita a hacerlo por una 'chimenea' cercana en vez de subir por donde bajamos. Está a unos 20 metros a la izquierda saliendo de la cueva. Es un poco escarpado y algunos prefieren subir por el lugar de bajada. Ya solo queda visitar la Cova des Pirata, una de las típicas de esta zona y que seguramente recibe un montón de visitantes cada año. Vamos hacia el noroeste hasta encontrar un camino ancho. A los 10 minutos giramos a la derecha por otro camino y cinco minutos después en una depresión en medio de unas matas e higueras encontramos la entrada a la cueva. Es ésta muy grande y con numerosos rincones dignos de fotografiar. Tiene la ventaja de que se ven 'pasillos' por donde han caminado todos los que la visitan y además se encuentran escalones trabajados en la propia piedra (en su día se la quiso dar un uso turístico). En la parte mas profunda, además, hay un 'pequeño' lago, lo que la hace mas interesante si cabe. Perderse en ella es difícil y no hay zonas especialmente peligrosas. Pero no quita que no haya que ir con cuidado, mirando donde se pisa no vaya a ser que haya algún agujero o alguna sima. Ya puestos a poner referencias, os pongo una de un artículo muy completo también de la revista Endins en este enlace. Veréis que la parte que está sumergida es casi tan grande como la que no lo está.
Hay incluso comunicación con la Cova des Pont, que está muy cerca y a la que nos acercamos después de visitar la Cova des Pirata. Pero solo vimos un poco de la entrada y del puente que le da nombre.
El regreso a Cala Romántica lo hicimos por el camino que pasa por la depuradora y las instalaciones de un hotel, dejándonos casi en el aparcamiento. Es pronto por lo que buscamos un rincón donde comer y tomar un café o un refresco después. Es entonces cuando caen unas pocas gotas pero que mas que fastidiar, ayudan a refrescar un poco el ambiente.
Como se ha dicho, una excursión cortita pero muy interesante por la visita a las cuevas. A aquel que las visite que tenga las máximas precauciones (patinazos, tropezones, llevar linternas y pilas de recambio e ir acompañado mejor que solo) y respeto a lo que la naturaleza a tardado tantos años en crear.
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Fotos de la excursión
Vídeo de la excursión (20 Mb). Gracias Jesús.
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