Falta un cuarto de hora para las diez cuando empezamos a caminar por el paseo (lado sur) que bordea la playa, solitaria en estos momentos. En seguida dejamos la zona de servicios y vamos bordeando la costa para al poco rato pasar entre unas casas y salir a 'mar abierto'. El mar está casi en calma y solo se ven algunas nubes a lo lejos. Ya nos damos cuenta del terreno que pisaremos durante casi toda la excursión. Terreno áspero muy erosionado por el aire, lluvia y mar. Si nos acercamos a la orilla del acantilado, el mar está a unos 15 ó 20 metros por debajo. Andamos hacia el sur entre las rocas sorteándolas mal o bien. Hoy van a sufrir las suelas y será una dura prueba para ellas. Frente a nosotros tenemos un islote (el Faralló d'en Fred) separado unas decenas de metros de la costa. Al poco tiempo pasamos por una cueva o agujero por la que podríamos llegar al mar (con el equipo adecuado, evidentemente) que vemos al fondo.
La roca que pisamos apenas tiene tierra pero en la poca que hay crecen plantas acostumbradas y adaptadas a este tipo de ambientes extremos: flors de tot l'any, sabinas, coixinet de monja, saladinas, ... y un poco mas separada de la costa, la garriga de mata y ullastre junto con lletreras. Llegamos a Cala Brafi, una pequeña cala con un poco de playa arenosa y una caseta medio derruida. Encontramos unas personas que se tuestan sin pudor al sol de la mañana. Nos alejamos un poco de la playa y hacemos la parada habitual para merendar bajo los pinos. Hemos andado de momento tres cuartos de hora. Al sol hace calor, pero a la sombra aunque parezca mentira hace algo de fresco.
Como la excursión es cortita nos tomamos la merienda con calma así que tardamos un poco mas que lo habitual en emprender la marcha. Seguimos hacia el sur bordeando la costa. Llegamos a una nueva cala, Cala Estreta, muy estrecha, como su nombre indica, y pedregosa, pero muy coqueta. Tras ella, al poco rato pasamos por un agujero en las rocas. Nos comenta Jaume que es un secret de contrabando, donde en tiempos del estraperlo se escondía la mercancía que llegaba por mar.
Poco después llegamos a Cala sa Nau, una nueva playa arenosa, con servicios (chiringuito, vigilante, ...). Ya hay bastante gente tomando el sol, aunque nadie está dentro del agua. Se ve que está fría todavía. Hemos tardado una hora aproximadamente desde la parada de la merienda. Dejamos la cala atrás y pasamos al lado de unas cuevas artificiales de uso funerario de la edad del bronce. Una nota mas de cultura en este ambiente costero. El siguiente punto destacable por el que pasamos es por Sa Foradada del Llevant, un agujero en una roca similar a la conocida Foradada (aunque salvando las distancias). Aprovechamos la ocasión para hacer la foto de grupo.
Seguimos adelante llegando a Cala Mitjana, donde una arboladura (que me perdonen si no se llama así) colocada en las rocas nos da la bienvenida. Por desgracia, poco antes de llegar, un mal paso ha hecho que una de nosotros caiga haciéndose unas magulladuras y rozaduras en piernas y manos. Por suerte no parece nada grave. En Cala Mitjana entramos en una zona mas selecta y privada, aunque en ningún momento hay señales que nos impidan seguir la excursión. Cuando llegamos, un gran velero sale de la cala. Nosotros recorremos la orilla viendo campos de césped y jardines bien cuidados y casas que a saber lo que valdrán. También pasamos por una pequeña cala de arena y por un embarcadero. Desde la cala anterior han pasado unos tres cuartos de hora.
Nos queda el último tramo que hacemos sin complicaciones. Llegamos a las primeras casas de Cala Serena y vamos bordeando la costa entre las casas y el acantilado, hasta que giramos por un pasillo entre chalets por el que llegamos a las calles de la urbanización y por ellas y tras bajar unas escaleras llegamos a la playa de Cala Serena, a la que llegamos a eso de las dos de la tarde. Hora de comer. El agua del mar está fría como suponíamos y como mucho nos mojamos los pies, aunque Jesús y Guillem sí que se meten en el agua del todo.
Ha sido una excursión cortita, suave, con buen tiempo y por paisajes muy vistosos. Apenas 8 ó 9 kilómetros. Como ha sido corta, una vez de vuelta a los coches nos acercamos a s'Horta a tomar un refresco y comentar la excursión.
Por último solo recordar que ya tenéis el programa de excursiones de la temporada que viene (2019-2020). Como comentario al mismo solo quiero indicar que hay una marcada como de alta dificultad. Aquí os dejo el enlace: Santueri 2019-2020, aunque también podéis descargarlo de nuestra página web.
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Fotos de la excursión
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